martes, 19 de enero de 2016

Reseña: The Danish Girl

THE DANISH GIRL

(LA CHICA DANESA)

(U.K., 2015)


The Danish Girl es la quinta película del director británico Tom Hooper, si bien el director tiene una amplia carrera en la que, además de dirigir cine, ha dirigido episodios de televisión de varias series de fama mediana. Es también la segunda película que hace tras The King's Speech, filme que recibiera 12 nominaciones al Oscar y que le valiera incluso el premio como mejor director, además de haber ganado el premio a mejor película de ese año (2010). Después, en 2012, con Les Misérables —basada en el musical del mismo nombre, no directamente en el libro— obtuvo 8 nominaciones al Oscar aunque esta vez no ganó como mejor película y no fue nominado como mejor director. Con The Danish Girl ha obtenido sólo 4 nominaciones, sin ser candidata a los premios por mejor película ni mejor director. Ahora bien, sería absurdo medir la calidad de una película en función de los Premios de la Academia a los que ha sido nominada —sabemos que la Academia muchas veces olvida premiar la calidad artística de una película y le da prioridad a cualquier cantidad de elementos que, al menos desde el punto de vista artístico, deberían de ser irrelevantes—, sin embargo, es interesante observar el declive que los filmes de Tim Hooper han ido experimentando en cuanto al reconocimiento de su trabajo. No me atrevería a afirmar que dicho reconocimiento tiene proporción directa con la calidad de sus filmes, pues aunque me parece que sus cintas han estado siempre un tanto sobrevaluadas, no veo yo elementos para decir que las últimas dos (Les Misérables The Danish Girl) sean necesariamente peores que su obra cúspide, The King's Speech.



The Danish Girl cuenta la historia del artista Lili Elbe —nombre que adquiriera Einar Wegener después de los sucesos que, precisamente, esta película se ocupa de relatar— y las repercusiones en su esposa, también artista, Gerda Wegener —aunque no la historia de ésta, pues la película decide omitir capítulos importantes de la vida y desarrollo profesional de esta interesante artista—. Sin tocar nada fuera de la premisa principal de la película, el acontecimiento que enmarca la trama de la misma es el deseo de Lili —entonces Einar— de cambiarse de sexo, pues una serie de eventos lo hacen darse cuenta de la incomodidad que él siente con su sexo "nativo" y desear cada vez más eliminar su yo masculino y desarrollarse en adelante como una mujer. Por supuesto dicha decisión le acarrea una serie de problemas emocionales y sociales, además de tener una repercusión directa e intensa con su esposa, pues en el momento en que dichos deseos lo asaltan él estaba casado con Gerda Wegener.



Hablando ahora de los elementos de forma de la película, las actuaciones son un elemento que sin duda resalta en esta producción. Lili Elbe es interpretado por el ganador del Oscar el año pasado por su trabajo en la película The Theory of Everything, Eddie Redmayne, y su esposa Gerda por la actriz  sueca Alicia Vikander. Ambos están nominados a mejor actor y actriz, respectivamente, por sus papeles en esta película. Sin embargo, aunque reconociendo la gran calidad actoral de Redmayne, me quedo con la de Alicia Vikander, quien brinda una actuación consistente y sobria al interpretar a la artista Gerda: demuestra que no hace falta ser exagerado para lograr una interpretación sólida y, de hecho, impactante. No puedo decir lo mismo de Eddie Redmayne. Queda claro que él es un actor virtuoso, con un control de sus gestos y una facilidad para expresarse francamente sorprendente, sin embargo pareciera que no ha sabido medirse en este papel y esto resulta en un personaje exagerado y poco sutil aunque gracias, insisto, a la gran técnica de Redmayne no deja de ser un personaje interesante y que destaca en todo momento a lo largo de la historia.



La fotografía es exquisita. Es sin duda uno de los mejores trabajos del año en este ámbito y es evidente el gran trabajo que se hizo cuidando cada escena de la película, revisando con atención la armonía de colores y los contrastes para crear cuadros que jamás se sienten fortuitos, sino bien pensados y desarrollados, aplicando las técnicas de cámara adecuadas para hacer lucir cada elemento en pantalla. La edición es en general buena aunque es posible notar ciertos deslices en la secuencia de algunas escenas y la música es muy genérica y por completo olvidable; no es que resulte fea o discorde a la historia o intención de la película: el trabajo de Alexandre Desplat tiene la fineza acostumbrada, pero resulta un poco decepcionante que no se extendiera en sus composiciones un poco más de lo meramente genérico en esta clase de biopics. 



Existen una serie de críticas negativas que se han hecho respecto a esta cinta. Dichas críticas giran en torno a elementos, en mi opinión, con poca importancia cinematográfica como que el protagonista de la historia (un personaje transexual) no es interpretado por un actor transexual, que la película tiene importancias discordancias respecto a la historia real de Lili Elbe —debido a que la película está basada en el libro a su vez basada en la vida de Lili Elbe y no en su vida en sí misma— y que no narra aspectos relevantes acerca de Gerda Wegener. Todos estos aspectos resultan irrelevantes puesto que el trabajo de una obra cinematográfica no es poseer veracidad documental acerca de lo que retrata, ni contar una historia tal cual sucedió —éste es, en el mejor de los casos, un elemento extra que, bien utilizado, brinda valor adicional a la película y, en algunas ocasiones, resulta el último eslabón que la une a la genialidad—, sin embargo, al hacer esta concesión, resulta imposible evitar notar las motivaciones que llevan al personaje principal a querer cambiarse de sexo: dichas motivaciones resultan mundanas e incluso frívolas; queda claro porque muchos individuos de la comunidad LGBT —además de varios observadores externos— hayan criticado la película por denostar a los miembros de la comunidad: lo que observamos en pantalla es la historia de un pintor que sacrifica su carrera y su realización personal a favor de —al menos así lo expresa en pantalla el director— verse bonita frente al espejo, vestir bellos atuendos femeninos o hacerse de amigas con las cuáles hablar de frivolidades, por dar algunos ejemplos. Éste me parece un aspecto mayúsculo y una de las principales debilidades de la película. 



The Danish Girl tenía el potencial para ser una película muy relevante, y aunque lo es, quizás, debido a sus aspectos técnicos, las grandes actuaciones y el momento social en que ha sido estrenada, se queda corta al desarrollar elementos de fondo relevantes en torno a la gran decisión que toma el personaje principal, elementos que pudieron haber sido mucho mejor trabajados y desde perspectivas menos mundanas. La película se torna incluso repetitiva para la segunda mitad, y es imperdonable debido a la gran cantidad de temas que se tenían disponibles para trabajar y cuyo potencial simplemente se desperdicia.

Calificación: 3.5/5 respecto a la siguiente escala:
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria

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