ALIEN: COVENANT
USA, 2017
Si hay una franquicia importante de películas de ciencia ficción en el espacio, además de Star Wars, ésa es Alien. Alien: Covenant no es una continuación de la saga original, sino que es una secuela de la subestimada Prometheus. Como tal, sigue la misma línea de dicha cinta: Covenant es una disertación filosófica de temas espirituales y religiosos bajo la facha de una película de horror de ciencia ficción. Se abren, pues, dos diferentes perspectivas de análisis diferentes: una considerándola como thriller de horror, y otra analizando su discurso de fondo. Covenant cumple bien desde ambas perspectivas, siendo una película por encima de los estándares, digamos, genéricos. Sin embargo, la película adolesce de los elementos que la podrían haber vuelto una película transcendental, como lo fueron en su momento Alien, Aliens y, me atrevo a decir, Prometheus.

Como cinta de horror, la película tiene un argumento poco original. Es la típica historia en la que una mezcla de circunstancias desafortunadas y decisiones mal tomadas conducen a los personajes a un infierno —uno con aliens— en el que se ven pronto envueltos en una lucha por sobrevivir, aunque se da algo de tiempo para contar un par de elementos cruciales en la historia de los orígenes del xenomorfo, la criatura mítica de la franquicia. La producción, por otro lado, es impecable y el diseño artístico es apasionante.
Las actuaciones son también muy buenas, y aunque la cinta no se da tiempo de desarrollar a tantos personajes —15 miembros de la tripulación— sí sobresalen las interpretaciones de Katherine Waterstone (Fantastic Beasts and Where to Find Them), que encarna a una personaje fuerte, con todo el perfil de las protagonistas de las cintas de Ridley Scott, y la de Michael Fassbender (Shame, X-Men: Days of Future Past), que esta vez interpreta a dos androides con problemas existenciales y filosóficos. Hay una pareja de personajes homosexuales —uno de ellos el mexicano Demián Bichir—, pero este elemento pasa casi desapercibido junto con los demás personajes secundarios. Tristemente, tampoco hay nada sorprendente en los elementos de tensión de la cinta, y quienes hayan visto alguna de las películas anteriores reconocerán muchas escenas recicladas en las que no se ha hecho mejora alguna, fuera del aspecto visual más actual.

Los temas de fondo de Covenant son importantes, y es aquí que se encuentra la mayor fortaleza de la cinta. La primera escena encara al androide David (Fassbender) con su "creador" en una secuencia de gran impacto en la que se exploran las diferencia entre creador y creado, entre Dios y hombre, si se permite la analogía. Covenant habla de la intenligencia artificial que desarrolla un sentimiento de resentimiento hacia su creador; que se sabe diferente a éste e interpreta sus intenciones como erróneas, faltas de ética o, irónicamente, de humanidad; la inteligencia artificial sensible al arte, a la poesía, que se cree capaz de amar, y que se termina rebelando ante su Creador. David cita el soneto Ozymandias de Shelley, pero lo confunde con un poema de Byron, ¿y quién lo saca de su error?: Walter, su contraparte, la otra inteligencia artificial quien, menos atormentada, trabaja fielmente al servicio de los humanos, aunque no dice amarlos, en contraste con David, quien a pesar de pensarse capaz de amar, busca impedir la supervivencia de la raza humana. Todas estas disertaciones están presentes en la cinta y le dan un nuevo sentido a la trama, aunque no están siempre presentes y se muestran más tímidas que, por ejemplo, en Prometheus.

Alien: Covenant es una digna película de ciencia ficción que se da tiempo de discutir temas profundos y en entregar una película que resulte además entretenida, estéticamente muy vistosa y con momentos de suspenso y gore que harán sentir a la audiencia tensa, preocupada e involucrada. Sus fallas son que no supera a sus predecesoras —más bien las copia— y que tampoco trabaja sus temas centrales con la misma pasión que aquéllas. A pesar de todo, es una película importante en el mundo de la ciencia ficción con altos estándares audiovisuales y personajes dignos de observar.
Calificación: 3.5/5 respecto a la siguiente escala:——
Si hay una franquicia importante de películas de ciencia ficción en el espacio, además de Star Wars, ésa es Alien. Alien: Covenant no es una continuación de la saga original, sino que es una secuela de la subestimada Prometheus. Como tal, sigue la misma línea de dicha cinta: Covenant es una disertación filosófica de temas espirituales y religiosos bajo la facha de una película de horror de ciencia ficción. Se abren, pues, dos diferentes perspectivas de análisis diferentes: una considerándola como thriller de horror, y otra analizando su discurso de fondo. Covenant cumple bien desde ambas perspectivas, siendo una película por encima de los estándares, digamos, genéricos. Sin embargo, la película adolesce de los elementos que la podrían haber vuelto una película transcendental, como lo fueron en su momento Alien, Aliens y, me atrevo a decir, Prometheus.

Como cinta de horror, la película tiene un argumento poco original. Es la típica historia en la que una mezcla de circunstancias desafortunadas y decisiones mal tomadas conducen a los personajes a un infierno —uno con aliens— en el que se ven pronto envueltos en una lucha por sobrevivir, aunque se da algo de tiempo para contar un par de elementos cruciales en la historia de los orígenes del xenomorfo, la criatura mítica de la franquicia. La producción, por otro lado, es impecable y el diseño artístico es apasionante.
Las actuaciones son también muy buenas, y aunque la cinta no se da tiempo de desarrollar a tantos personajes —15 miembros de la tripulación— sí sobresalen las interpretaciones de Katherine Waterstone (Fantastic Beasts and Where to Find Them), que encarna a una personaje fuerte, con todo el perfil de las protagonistas de las cintas de Ridley Scott, y la de Michael Fassbender (Shame, X-Men: Days of Future Past), que esta vez interpreta a dos androides con problemas existenciales y filosóficos. Hay una pareja de personajes homosexuales —uno de ellos el mexicano Demián Bichir—, pero este elemento pasa casi desapercibido junto con los demás personajes secundarios. Tristemente, tampoco hay nada sorprendente en los elementos de tensión de la cinta, y quienes hayan visto alguna de las películas anteriores reconocerán muchas escenas recicladas en las que no se ha hecho mejora alguna, fuera del aspecto visual más actual.

Los temas de fondo de Covenant son importantes, y es aquí que se encuentra la mayor fortaleza de la cinta. La primera escena encara al androide David (Fassbender) con su "creador" en una secuencia de gran impacto en la que se exploran las diferencia entre creador y creado, entre Dios y hombre, si se permite la analogía. Covenant habla de la intenligencia artificial que desarrolla un sentimiento de resentimiento hacia su creador; que se sabe diferente a éste e interpreta sus intenciones como erróneas, faltas de ética o, irónicamente, de humanidad; la inteligencia artificial sensible al arte, a la poesía, que se cree capaz de amar, y que se termina rebelando ante su Creador. David cita el soneto Ozymandias de Shelley, pero lo confunde con un poema de Byron, ¿y quién lo saca de su error?: Walter, su contraparte, la otra inteligencia artificial quien, menos atormentada, trabaja fielmente al servicio de los humanos, aunque no dice amarlos, en contraste con David, quien a pesar de pensarse capaz de amar, busca impedir la supervivencia de la raza humana. Todas estas disertaciones están presentes en la cinta y le dan un nuevo sentido a la trama, aunque no están siempre presentes y se muestran más tímidas que, por ejemplo, en Prometheus.

Alien: Covenant es una digna película de ciencia ficción que se da tiempo de discutir temas profundos y en entregar una película que resulte además entretenida, estéticamente muy vistosa y con momentos de suspenso y gore que harán sentir a la audiencia tensa, preocupada e involucrada. Sus fallas son que no supera a sus predecesoras —más bien las copia— y que tampoco trabaja sus temas centrales con la misma pasión que aquéllas. A pesar de todo, es una película importante en el mundo de la ciencia ficción con altos estándares audiovisuales y personajes dignos de observar.

Como cinta de horror, la película tiene un argumento poco original. Es la típica historia en la que una mezcla de circunstancias desafortunadas y decisiones mal tomadas conducen a los personajes a un infierno —uno con aliens— en el que se ven pronto envueltos en una lucha por sobrevivir, aunque se da algo de tiempo para contar un par de elementos cruciales en la historia de los orígenes del xenomorfo, la criatura mítica de la franquicia. La producción, por otro lado, es impecable y el diseño artístico es apasionante.
Las actuaciones son también muy buenas, y aunque la cinta no se da tiempo de desarrollar a tantos personajes —15 miembros de la tripulación— sí sobresalen las interpretaciones de Katherine Waterstone (Fantastic Beasts and Where to Find Them), que encarna a una personaje fuerte, con todo el perfil de las protagonistas de las cintas de Ridley Scott, y la de Michael Fassbender (Shame, X-Men: Days of Future Past), que esta vez interpreta a dos androides con problemas existenciales y filosóficos. Hay una pareja de personajes homosexuales —uno de ellos el mexicano Demián Bichir—, pero este elemento pasa casi desapercibido junto con los demás personajes secundarios. Tristemente, tampoco hay nada sorprendente en los elementos de tensión de la cinta, y quienes hayan visto alguna de las películas anteriores reconocerán muchas escenas recicladas en las que no se ha hecho mejora alguna, fuera del aspecto visual más actual.

Los temas de fondo de Covenant son importantes, y es aquí que se encuentra la mayor fortaleza de la cinta. La primera escena encara al androide David (Fassbender) con su "creador" en una secuencia de gran impacto en la que se exploran las diferencia entre creador y creado, entre Dios y hombre, si se permite la analogía. Covenant habla de la intenligencia artificial que desarrolla un sentimiento de resentimiento hacia su creador; que se sabe diferente a éste e interpreta sus intenciones como erróneas, faltas de ética o, irónicamente, de humanidad; la inteligencia artificial sensible al arte, a la poesía, que se cree capaz de amar, y que se termina rebelando ante su Creador. David cita el soneto Ozymandias de Shelley, pero lo confunde con un poema de Byron, ¿y quién lo saca de su error?: Walter, su contraparte, la otra inteligencia artificial quien, menos atormentada, trabaja fielmente al servicio de los humanos, aunque no dice amarlos, en contraste con David, quien a pesar de pensarse capaz de amar, busca impedir la supervivencia de la raza humana. Todas estas disertaciones están presentes en la cinta y le dan un nuevo sentido a la trama, aunque no están siempre presentes y se muestran más tímidas que, por ejemplo, en Prometheus.

Alien: Covenant es una digna película de ciencia ficción que se da tiempo de discutir temas profundos y en entregar una película que resulte además entretenida, estéticamente muy vistosa y con momentos de suspenso y gore que harán sentir a la audiencia tensa, preocupada e involucrada. Sus fallas son que no supera a sus predecesoras —más bien las copia— y que tampoco trabaja sus temas centrales con la misma pasión que aquéllas. A pesar de todo, es una película importante en el mundo de la ciencia ficción con altos estándares audiovisuales y personajes dignos de observar.
Calificación: 3.5/5 respecto a la siguiente escala:——
KING ARTHUR:
LEGEND OF THE SWORD
USA, 2017

King Arthur: Legend of the Sword es una película concebida para recaudar dinero en taquilla, engordar los bolsillos de los estudios productores —Warner Bros. Pictures— y empezar lo que se suponía sería una redituable franquicia: King Arthur está (¿estaba?) planeada para ser la primera de seis películas. Para ello, se dio a la película un muy alto presupuesto (175 millones de dólares, muchos malgastados en problemas de producción) y se contrató a un director que, aunque con una carrera irregular, tiene un buen cociente entre éxito en taquilla y para la crítica: Guy Ritchie.

Uno de los problemas evidentes con la cinta es que el estilo de Guy Ritchie, acostumbrado a filmar cintas de gángsters y crímenes en épocas mucho más contemporáneas, no parece encajar del todo con una historia de magos de y caballeros medievales. Sin embargo, a Ritchie le gusta experimentar —se vio en las dos cintas de Sherlock Holmes protagonizadas por Robert Downey Jr— y, mucho más importante, es que su estilo salta a la vista, se nota en sus películas y, por supuesto, se nota en King Arthur, que tiene muchas secuencias con una edición muy particular, en la que hay un narrador y sus palabras se mezclan con la representación de lo narrado y de esta manera se sobrellevan, de forma dinámica, escenas que de otra manera serían pesadas o aburridas. Pero dichas escenas también cambian toda la tonalidad de la película, y pasa a ser una especie de quimera con criaturas exóticas, espadas que dan superpoderes y magos renegados de los que no se tienen muy claro lo que pueden y no pueden hacer.
King Arthur es una película con problemas de producción, con un guión apenas pasable y con una carencia de temas de interés. Se dirá, con razón, que a Guy Ritchie le gusta trabajar la forma por encima de la substancia, pero en este caso la película no le permite desenvolverse con comodidad: hay demasiados huecos argumentales y dificultades para sobrellevar la trama que se lo impiden. A pesar de todo, los personajes son divertidos y se mezclan bien, resultando así una película que resulta muy llevadera, incluso divertida. Dudo que lleguen a existir las otras cinco películas planeadas, pero ésta está lejos de ser terrible. Tan sólo es irrelevante.
Calificación: 3/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
USA, 2017

King Arthur: Legend of the Sword es una película concebida para recaudar dinero en taquilla, engordar los bolsillos de los estudios productores —Warner Bros. Pictures— y empezar lo que se suponía sería una redituable franquicia: King Arthur está (¿estaba?) planeada para ser la primera de seis películas. Para ello, se dio a la película un muy alto presupuesto (175 millones de dólares, muchos malgastados en problemas de producción) y se contrató a un director que, aunque con una carrera irregular, tiene un buen cociente entre éxito en taquilla y para la crítica: Guy Ritchie.

Uno de los problemas evidentes con la cinta es que el estilo de Guy Ritchie, acostumbrado a filmar cintas de gángsters y crímenes en épocas mucho más contemporáneas, no parece encajar del todo con una historia de magos de y caballeros medievales. Sin embargo, a Ritchie le gusta experimentar —se vio en las dos cintas de Sherlock Holmes protagonizadas por Robert Downey Jr— y, mucho más importante, es que su estilo salta a la vista, se nota en sus películas y, por supuesto, se nota en King Arthur, que tiene muchas secuencias con una edición muy particular, en la que hay un narrador y sus palabras se mezclan con la representación de lo narrado y de esta manera se sobrellevan, de forma dinámica, escenas que de otra manera serían pesadas o aburridas. Pero dichas escenas también cambian toda la tonalidad de la película, y pasa a ser una especie de quimera con criaturas exóticas, espadas que dan superpoderes y magos renegados de los que no se tienen muy claro lo que pueden y no pueden hacer.
King Arthur es una película con problemas de producción, con un guión apenas pasable y con una carencia de temas de interés. Se dirá, con razón, que a Guy Ritchie le gusta trabajar la forma por encima de la substancia, pero en este caso la película no le permite desenvolverse con comodidad: hay demasiados huecos argumentales y dificultades para sobrellevar la trama que se lo impiden. A pesar de todo, los personajes son divertidos y se mezclan bien, resultando así una película que resulta muy llevadera, incluso divertida. Dudo que lleguen a existir las otras cinco películas planeadas, pero ésta está lejos de ser terrible. Tan sólo es irrelevante.
Calificación: 3/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
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