Reseña: Guardians of the Galaxy Vol. 2

GUARDIANS OF THE

GALAXY VOL. 2

EE.UU., 2017

La nueva Guardians of the Galaxy Vol. 2, el más reciente capítulo del Universo Cinematográfico Marvel, sigue la historia de Peter Quill, o Starlord, mientras busca dilucidar el misterio de quién o qué es su padre mientras que su equipo entero, los mismos personajes que se introdujeron en la película anterior, lo apoyan en la penosa tarea. La película es una fiel sucesora en términos estéticos y argumentales, y explota todos aquellos elementos que hicieron de la primera una película memorable, es decir, la música, el sentido del humor o el ritmo en que la acción fluye, tratando, con discreto éxito, de potenciarlos para compensar la inevitable pérdida del factor novedad a la que se expone. 

La primera secuencia de Vol. 2 es una muestra perfecta de lo que a continuación viene. Baby Groot (Vin Diesel en la voz) comienza a bailar en una plataforma espacial mientras todos sus compañeros pelean con un gigantesco monstruo intergaláctico. Cada uno de los guardianes lucha por sobresalir en esta pelea, pero Baby Groot avanza despreocupado, vulnerable pero inconsciente justo en mitad de la tempestad, mientras la cámara se mueve libremente y sin hacer apenas cortes, acercándose y alejándose rítmicamente de la acción. Sabemos que los niveles de producción de este Universo Marvel son altos, y que las películas de esta suerte de franquicia son por lo general sólidas y tienen valores cinematográficos bien trabajados —por momentos quizás genéricos—. Vol. 2 sigue esta misma línea y se presenta como una película divertida y dinámica que cumple perfectamente con su objetivo, y es que luce y persiste por sus méritos a pesar de ser una película de relleno en el Universo y de correr el peligro de tornarse por completo irrelevante y olvidable. La evolución del concepto y de diseño estético puede apreciarse claramente al comparar los pósters de ambas películas: 

Entre las cosas que Vol. 2 hace muy bien, está la mezcla de la historia con un soundtrack compuesto de grandes éxitos ochenteros que difícilmente pasan desapercibidos y que inyectan de vitalidad a todas las escenas en donde aparecen. La acción es constante y bien caracterizada —casi no hay problemas de edición y las escenas fluyen con naturalidad a medida que avanza la cinta— y el sentido del humor es, por lo general, divertido y consistente. Es cierto que el humor Marvel es uno de los apartados que más crítica genera entre quienes desean un mundo oscuro y pesado y que no soportan ver a los superhéroes en medio de una comedia de acción. Sin embargo, los personajes en Vol. 2 son tan carismáticos —incluso los secundarios— y se complementan de una manera tan armónica, que la comedia se siente incluso necesaria dadas sus personalidades.

Aunque en términos generales la cinta es un éxito, tampoco es que sea impecable. La película se estanca se estanca un poco y se torna novelesca hacia la mitad de su avance. Además, las motivaciones del antagonista así como la forma en que se llega al clímax están plagadas de clichés. Es en estos momentos donde las subtramas que involucran a los demás personajes se agradecen, pues la línea dramática principal llega a sentirse tediosa. Pero el guión, aunque inconsistente, no está del todo mal escrito. Hay incluso un tema principal bien trabajado, y es la lucha de egos, la lucha por sobresalir incluso al estar rodeado por compañero o amigos. Es esta lucha la que hace que la historia avance, la que crea conflicto y tensión entre los personajes, y es también el argumento principal detrás de los motivos del villano principal  —cuyo nombre, vaya coincidencia, es precisamente Ego.

James Gunn fue el director y escritor de la cinta pasada y repite ahora en estos roles. Él es una persona que ha estado involucrada en proyectos como la película Scooby-Doo de 2002 o el videojuego Lollipop Chainsaw, y eso explica la mezcla exitosa de filme de acción con tantos elementos de cultura pop que hacen de de su estilo una firma tan característica. Sin embargo, Vol. 2 no deja de ser genérica en varios aspectos, como la cinematografía e incluso la música de fondo —la que fue compuesta especialmente para la película—, que resultan totalmente irrelevantes. También es cierto que la película logra un impacto mucho mejor que la original. A pesar de los defectos, el Universo Marvel sigue lejos de estancarse o entrar en un proceso de decadencia, y los esfuerzos por evolucionar y reinventarse hacen que se observe con optimismo lo que aún está por venir. 

Calificación: 3.5/5 respecto a la siguiente escala:——

       1: Terrible
       2: Mala
       3: Buena
       4: Excelente
       5: Legendaria

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