INSIDIOUS: CHAPTER 3
(EUA, 2015)
Hace ya cinco años, en 2010 (aunque tardó un poco más en llegar a las salas mexicanas pues, con fama incipiente, no era aún un éxito de taquilla asegurado para las exhibidoras de cine en México), vio la luz la película de horror Insidious que presentaba una propuesta interesante en lo que respecta al cine de horror. Si bien se encontraba lejos de resultar innovadora o de cambiar en lo absoluto la fórmula que el cine de horror en Hollywood ha utilizado ya por tantos años, al menos presentaba una premisa fresca con una historia sencilla pero original que giraba en torno a elementos fantásticos como los viajes astrales y la existencia de espíritus que vagaban, más allá de la muerte, por el mundo onírico (dimensión astral) y que buscan la poseción de los cuerpos físicos de las personas que, por alguna circunstancia, se separan de él.


Sin ser demasiado original o ambiciosa, la historia plantea las bases necesarias que permiten desarrollar una serie de elementos sobrenaturales interesantes cuyo impacto se ve tristemente mermado después de conocer las dos anteriores producciones; esto es un elemento fundamental en una película cuyo valor agregado respecto a las decenas de producciones del género que llegan a la gran pantalla consistía precisamente en la frescura de su argumento. Es cierto que la película es más oscura que las anteriores, y que las entidades que pululan en la dimensión astral soncada vez más agresivas, pero eso no resulta suficiente para sorprendernos como en su momento hiciera la original.
No me atrevería decir, sin embargo, que se traté de una mala película, pero sí de una película mediocre en que ninguno de los elementos que la conforman resaltan por su calidad, sino que se limitan a cumplir con los requerimientos mínimos para mantenerla a flote. La fotografía es buena a secas, la música olvidable (pasa por completo desapercibida), las actuaciones (a excepción de Elise, bien interpretada por Lin Shaye) sosas y genéricas (aunque cuentan con el as bajo la manga de los personajes Tucker y Specs, que han sido una combinación muy bien recibida desde la original y que siguen aportando los momentos más divertidos del filme) y el diseño de arte acorde a los estándares de la industria, sin aportar nada más.
El peor pecado de Insidious: Chapter 3 es ser fruto de una industria estancada y descompuesta, que apuesta por completo a los sustos baratos y ruidosos antes que crear una sentimiento real de horror y tensión en el expectador. Seamos francos, todo el mundo se sobresalta ante cualquier elemento repentino que salte en pantalla después de haber mantenido un estado de calma en los momentos anteriores. A todo mundo impresionan los ruidos fuertes o las imágenes sin sentido; sin embargo, dichos elementos carecen de fuerza creativa y terminan, poco a poco, por causar un efecto menos intenso en los espectadores. Éste es el problema con la película que, por otro lado, explota tanto como puede los elementos a su alcance.
La industria del cine de horror sigue estancada y esta no es la película que hará algo al respecto. Es recomendable sólo a los fanáticos de la saga o a quien guste de verdad de esta clase de cine, pero si se buscan propuestas de verdad interesantes en cuanto a cine de horror, recomendaría sin pensar otras producciones como la australiana The Babadook, o la francesa Livide, que dentro de el género, sí buscan hacer cosas innovadoras y ofrecer ideas mucho más originales a la audiencia.
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