BATMAN V SUPERMAN
DAWN OF JUSTICE
(EUA, 2016)
Uno de los momentos cumbre —o al menos así se suponía que sería— en el género del cine de superhéroes ha llegado: Batman y Superman, dos héroes icónicos, leyendas del mundo de los cómics, se enfrentan en pantalla en una épica película llena de batallas trepidantes, impresionantes efectos y especiales y... Y... Y pues en realidad no hay mucho más en esta nueva entrega del incipiente universo cinematográfico de DC, con el que pretenden competir con el ya amplio y desarrollado universo de su compañía rival número uno, Marvel.
Batman v Superman: Dawn of Justice tiene muchos puntos a favor. Dejando de lado el hecho innegable de que resulta emocionante ver a dos superhéroes legendarios en una misma trama, la historia que justifica este evento —que de cualquier otra manera habría resultado más que absurdo— es sólida y tiene mucha —aunque poco explotada— profundidad. Después de los eventos en Man of Steel —reboot de la saga de Superman que, dirigida por Zack Snyder, apareció en 2013—, el mundo se encuentra en estado de conmoción tras el conocimiento de las habilidades de Superman. Confundidos entre un estado de admiración y terror, la gente no sabe cómo reaccionar ante el evidente peligro que el alienígena representa: por un lado Superman se ha exhibido como héroe y ha salvado a la humanidad de una invasión de extraterrestres asesinos; por el otro, lo ha hecho sumiendo al mundo en el caos y él mismo es un ser que tiene la capacidad de destruir el mundo por sí mismo si así lo desease. En este contexto, el vigilante más oscuro del mundo, Batman —o Bruce Wayne, dicha dualidad es bien conocida— desea detener la amenaza que potencialmente Superman representa para el mundo mientras lidia con su ya famosa locura-paranoia-traumas de la infancia características.
Desde el primer acto algo empieza a sentirse confuso en la película. Quizás por ser una trama demasiado ambiciosa —algunos dirán sin equivocarse que pretenciosa— el guión tiene problemas muy serios que hacen que la trama se desarrolle sin tener ni pies ni cabeza. El filme es por completo inconsistente, y los errores de edición y coherencia son una constante a lo largo de la película. Además, teniendo tantos elementos para trabajar, resulta difícil explicarse como es que las primeras dos horas de la película resulten tan aburridas —es más, prescindibles—, y es que exceptuando un par de escenas clave y otras tantas en que se arriesgan a experimentar un poco, la película resulta tediosa y por demás plana y absurda.
Los personajes no ayudan a que la trama se mantenga de la manera en que se desearía, sino que representan incluso uno de los elementos en contra de la cinta. Gran parte del andamio argumental —precisamente el que justifica la disputa entre Batman y Superman— gira en torno del personaje de Lex Luthor (Jesse Eisenberg, recordado por ser Mark Zuckerberg en The Social Network), un personaje ridículo y mal dirigido que termina brindando una interpretación ridícula y cansina que resulta difícil visualizar como la manzana de la discordia entre ambos héroes. Por otro lado, Superman (Henry Cavill, que ya había interpretado a Superman en Man of Steel) y Lois Lane hacen una pareja tan sosa que crea una sensación de hastío cuando ambos aparecen en pantalla. Las mejores interpretaciones son sin duda las de Ben Affleck —sorpresivamente— como Batman, Jeremy Irons (con una filmografía inmensa, recientemente recordado por el el Papa Borgia en The Borgias) como el inseparable compañero del murciélago, Alfred y Gal Gadot (cuya participación más importante fuera la de un personaje secundario en las últimas películas de la saga The Fast and the Furious) como la Mujer Maravilla. Ésta última es uno de las más agradables y refrescantes elementos de la película: no sólo llega a revitalizar la trama, sino que incluso despierta curiosidad por conocer más detrás de este personaje.
No todo está mal en la cinta. Es cierto que, como acostumbra a hacer Zack Snyder (director de las visualmente impactantes Watchmen, Sucker Punch e incluso la precuela de este filme, Man of Steel), la cinta es visualmente muy interesante, aunque este estilo siempre presente en sus cintas termina por cansar. Una gama de colores muy fríos y una cinematografía en que abundan los intentos por resaltar los más estéticos cuadros en las escenas de los personajes importantes ayudan a conservar el interés, pero este aspecto es repetitivo y no logra levantar una historia que va en picada desde que comienza a ser contada. Zack Snyder debió tener mucho más cuidado con la narrativa, con dar pasos sólidos y pensados en vez de descuidados y frenéticos en todo momento. La narrativa es el elementos más débil de la cinta: hay un caos en pantalla y toda aquella filosofía detrás de los personajes principales que, contada de otra manera, habría resultado tan cautivadora, pasa desapercibida; lo peor es la resolución —inminente— del conflicto de ambos superhéroes. Sin afán de entran en spoilers me limitaré a decir que es decepcionante —aunque puedo entender que se trató de apoyar en la compleja psicología detrás de Batman, dicho entendimiento es consecuencia de un esfuerzo por mi parte para verlo y no producto de lo que se muestra en la película—.
Batman v Superman es una película con elementos interesantes y una cinta obligada para todo fan del cine de superhéroes. Sin embargo, resulta lastimoso que una historia incoherente y mal contada termine por arruinar este evento cinematográfico que tantas expectativas generó. ¿Quieres ahorrarte el desgaste y ver sólo aquello que resulta impactante? Puedes llegar dos horas tarde a la función y será como si no te hubieras perdido de nada: verás las mejores batallas —que no dejan de ser impresionantes— y saldrás con mejor sabor de boca que los demás en la sala.
Batman v Superman: Dawn of Justice tiene muchos puntos a favor. Dejando de lado el hecho innegable de que resulta emocionante ver a dos superhéroes legendarios en una misma trama, la historia que justifica este evento —que de cualquier otra manera habría resultado más que absurdo— es sólida y tiene mucha —aunque poco explotada— profundidad. Después de los eventos en Man of Steel —reboot de la saga de Superman que, dirigida por Zack Snyder, apareció en 2013—, el mundo se encuentra en estado de conmoción tras el conocimiento de las habilidades de Superman. Confundidos entre un estado de admiración y terror, la gente no sabe cómo reaccionar ante el evidente peligro que el alienígena representa: por un lado Superman se ha exhibido como héroe y ha salvado a la humanidad de una invasión de extraterrestres asesinos; por el otro, lo ha hecho sumiendo al mundo en el caos y él mismo es un ser que tiene la capacidad de destruir el mundo por sí mismo si así lo desease. En este contexto, el vigilante más oscuro del mundo, Batman —o Bruce Wayne, dicha dualidad es bien conocida— desea detener la amenaza que potencialmente Superman representa para el mundo mientras lidia con su ya famosa locura-paranoia-traumas de la infancia características.
Desde el primer acto algo empieza a sentirse confuso en la película. Quizás por ser una trama demasiado ambiciosa —algunos dirán sin equivocarse que pretenciosa— el guión tiene problemas muy serios que hacen que la trama se desarrolle sin tener ni pies ni cabeza. El filme es por completo inconsistente, y los errores de edición y coherencia son una constante a lo largo de la película. Además, teniendo tantos elementos para trabajar, resulta difícil explicarse como es que las primeras dos horas de la película resulten tan aburridas —es más, prescindibles—, y es que exceptuando un par de escenas clave y otras tantas en que se arriesgan a experimentar un poco, la película resulta tediosa y por demás plana y absurda.
Los personajes no ayudan a que la trama se mantenga de la manera en que se desearía, sino que representan incluso uno de los elementos en contra de la cinta. Gran parte del andamio argumental —precisamente el que justifica la disputa entre Batman y Superman— gira en torno del personaje de Lex Luthor (Jesse Eisenberg, recordado por ser Mark Zuckerberg en The Social Network), un personaje ridículo y mal dirigido que termina brindando una interpretación ridícula y cansina que resulta difícil visualizar como la manzana de la discordia entre ambos héroes. Por otro lado, Superman (Henry Cavill, que ya había interpretado a Superman en Man of Steel) y Lois Lane hacen una pareja tan sosa que crea una sensación de hastío cuando ambos aparecen en pantalla. Las mejores interpretaciones son sin duda las de Ben Affleck —sorpresivamente— como Batman, Jeremy Irons (con una filmografía inmensa, recientemente recordado por el el Papa Borgia en The Borgias) como el inseparable compañero del murciélago, Alfred y Gal Gadot (cuya participación más importante fuera la de un personaje secundario en las últimas películas de la saga The Fast and the Furious) como la Mujer Maravilla. Ésta última es uno de las más agradables y refrescantes elementos de la película: no sólo llega a revitalizar la trama, sino que incluso despierta curiosidad por conocer más detrás de este personaje.
No todo está mal en la cinta. Es cierto que, como acostumbra a hacer Zack Snyder (director de las visualmente impactantes Watchmen, Sucker Punch e incluso la precuela de este filme, Man of Steel), la cinta es visualmente muy interesante, aunque este estilo siempre presente en sus cintas termina por cansar. Una gama de colores muy fríos y una cinematografía en que abundan los intentos por resaltar los más estéticos cuadros en las escenas de los personajes importantes ayudan a conservar el interés, pero este aspecto es repetitivo y no logra levantar una historia que va en picada desde que comienza a ser contada. Zack Snyder debió tener mucho más cuidado con la narrativa, con dar pasos sólidos y pensados en vez de descuidados y frenéticos en todo momento. La narrativa es el elementos más débil de la cinta: hay un caos en pantalla y toda aquella filosofía detrás de los personajes principales que, contada de otra manera, habría resultado tan cautivadora, pasa desapercibida; lo peor es la resolución —inminente— del conflicto de ambos superhéroes. Sin afán de entran en spoilers me limitaré a decir que es decepcionante —aunque puedo entender que se trató de apoyar en la compleja psicología detrás de Batman, dicho entendimiento es consecuencia de un esfuerzo por mi parte para verlo y no producto de lo que se muestra en la película—.
Batman v Superman es una película con elementos interesantes y una cinta obligada para todo fan del cine de superhéroes. Sin embargo, resulta lastimoso que una historia incoherente y mal contada termine por arruinar este evento cinematográfico que tantas expectativas generó. ¿Quieres ahorrarte el desgaste y ver sólo aquello que resulta impactante? Puedes llegar dos horas tarde a la función y será como si no te hubieras perdido de nada: verás las mejores batallas —que no dejan de ser impresionantes— y saldrás con mejor sabor de boca que los demás en la sala.
Calificación: 2.5/5 respecto a la siguiente escala:
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
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