martes, 1 de marzo de 2016

Reseña: Gods of Egypt

GODS OF EGYPT 

(DIOSES DE EGIPTO)

(EUA, 2016)
 

La fascinación por los diferentes universos mitológicos de las civilización antiguas es un elemento muy presente en la industria cinematográfica. Películas como Clash of the Titans —la original de 1981, y más tarde el remake de 2010 que incluso contó con una secuela, Wrath of the Titans, en 2012—, las múltiples películas acerca de Hércules, las dos cintas de 300, entre otras muchas, han sido bien recibidas por una audiencia encantada de ir al cine para observar obras audiovisuales fantásticas repletas de acción y buenas historias —suelen basarse en clásicos literarios—. De entre todas las culturas que inspiran esta clase de películas, la egipcia es una que ocupa un lugar especial en el corazón de las audiencias —al menos las occidentales—, pues en ella se han basado innumerables producciones entre las que destaca por su éxito la saga The Mummy. Es en este contexto que llega a los cines de todo el mundo Gods of Egypt, una obra que apuesta a dicha fascinación del público por la mitología y apuesta a una visión alternativa del mundo fantástico de Egipto.



En Gods of Egypt los dioses viven entre los humanos; éstos son más altos que las humanos, su sangre es de oro y pueden tomar formas animales —que son algo así como las armaduras doradas de los caballeros del Zodiaco, sólo que sin gracia—. En este mundo alternativo, Osiris reina en nombre de la justicia: tanto pobres como ricos tienen asegurado su pase al otro mundo si sus acciones han sido buenas; la gente vive feliz y en paz alabando a los dioses. Osiris está viejo y cansado y apunto de ceder el trono a su hijo Horus —el típico personaje perezoso, mujeriego e irresponsable al que se le confiere una gran responsabilidad— cuando Set, el hermano malvado de Osiris llega a interrumpir la ceremonia y a reclamar el trono para él mismo, comenzando así una era de maldad y oscuridad donde el pase al otro mundo se compra con posesiones materiales y los ricos son felices mientras los pobres viven sumidos en la desgracia. Es la misión del exiliado Horus y un joven ladrón —mortal— regresar las cosas a la normalidad.



Si bien la trama recién descrita es plana y genérica, éste es el menor de los problemas de Gods of Egypt. Desde el primer minuto de la película puede notarse que algo va mal, que lo que se está viendo en pantalla no es, bajo ningún punto de vista, un trabajo serio. A pesar de que la trama se ubica en un Egipto alterno, éste se semeja tanto a cualquiera de los universos más estúpidos de Disney en sus películas de bajo presupuesto, que el hecho de que se mencionen dioses y súbditos se siente por completo irreal. El sentido del humor —por desgracia recurrente en toda la película— es tan tonto y simplón que es imposible reír de las bromas del guión, aunque irónicamente la película sí que saca risas, pero esto sucede debido a los sinsentidos tan frecuentes en la trama en vez de ser gracias a las astucias del guión.



Las actuaciones son muy malas: todos los personajes parecen caricaturas, burdas representaciones los arquetipos clásicos de las obras de aventura —el guerrero, el ladrón, el erudito, la curandera, etc.— corruptos además por un guión deprimente y sin alma. Los efectos visuales son sumamente malos —¡qué se hizo con los 140 millones de dólares de presupuesto!—; la edición es espantosa: la mezcla de sonido parece haber sido hecha por los genios detrás de las producciones originales de Televisa y la continuidad en las escenas es irregular; el diseño de personajes no impresiona y los vestuarios parecen sacados de alguna producción de cine para adultos. ¡Vaya mundo alternativo se han creado aquí! Ni siquiera tuvieron la decencia de contratar un solo actor egipcio para interpretar alguno de los tantos personajes que, se supone, son de aquel país.



Me es difícil recordar otra película donde no haya ningún aspecto que pueda salvarse de ser criticado negativamente, aunque sin duda las hay, pero usualmente se huye de ellas y se evita verlas, que precisamente lo que se debe hacer con esta cinta. Es una lástima ver esta clase de producciones y más cuando Alex Proyas, el director, tenía una filmografía bastante decente en la que se incluían películas como las muy interesantes The Crow, Dark City o la regular pero entretenida I, Robot. ¿Qué le sucedió en esta película?



Gods of Egypt es una película tan mala que inevitablemente llamará la atención a algunas personas que querrán comprobarlo por cuenta propia... No lo hagan, no malgasten su dinero en esta producción pues hay, con toda certeza, opciones más interesantes para ver en el cine —básicamente cualquier otra película que esté en cartelera en ese momento—.

Calificación: 0.5/5 respecto a la siguiente escala: 
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria

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-La serpiente está visiblemente furiosa por su participación en esta película-

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