CALL ME BY YOUR NAME
(LLÁMAME POR TU NOMBRE)
Italia, EEUU, Brasil, Francia; 2017
Director: Luca Guadagnino
Este drama del género coming-of-age —gira en torno al proceso de maduración de su joven protagonista— tiene una temática similar al drama ganador de Oscar del año pasado, Moonlight, si bien la manera en que se presenta tiene otro formato. Elio es un muchacho de diecisiete años, nacido en una familia judía que vive en la campiña italiana. El padre de Elio es un académico y profesor que invita a un estudiante de posgrado estadounidense, Oliver, a pasar el verano con ellos para que le ayude con tareas académicas y desarrolle proyectos propios. En un principio la personalidad contrastante de Oliver con respecto a la de Elio genera antipatía en éste, pero poco a poco la antipatía se torna atracción hasta que ésta desencadena en un romance entre ambos.
Destacan en la cinta la manera en que los personajes son escritos y desarrollados. El contexto en el que Elio se desenvuelve es distinto al usual en esta clase de historias: su familia es, de cierta manera, una familia intelectual y liberal. El padre es profesor de arqueología mientras que la madre es una mujer políglota aficionada a la literatura. En el guión, las transiciones entre lenguajes de los diálogos ocurren con gran naturalidad alternando entre el francés, el inglés, el italiano o el alemán. Elio es, él mismo, un aficionado a la música y un analítico de la literatura. A pesar de estos aspectos, y el que algunos diálogos hacen alusión a elementos culturales bastante especializados, el guión nunca llega a sentirse frívolo, sino que más bien aporta a la atmósfera general que se busca construir.
La relación entre los dos protagonistas también se da en circunstancias poco convencionales. Más allá de la antipatía que siente Elio, al menos en un principio, hacia Oliver está la diferencia de edades. Elio es apenas un adolescente mientras que Oliver es ya un adulto. A pesar de ello, no sucede que Elio sucumba ante las seducciones de Oliver ni se vea perdido ante su encanto, sino que la atracción, y la vulnerabilidad que ésta implica, se presenta de manera más o menos recíproca entre ambos. Es Oliver quien comienza tratando de seducir a Elio, pero éste pasa mucho tiempo atraído de hecho a una chica francesa que vive en el mismo lugar. De hecho inicia con ella una relación con implicaciones sexuales que, lejos de incomodarle, hace más complejo el panorama de despertar y descubrimiento sexual que se presenta frente a Elio, y a pesar de ello Elio termina profundamente enamorado de Oliver.
En los aspectos de forma, la película luce bien al haber sido filmada en formato de 35 mm en lugar de formato digital. Hace de la cinematografía algo especial y muy adecuado al año en que sucede la historia, 1983. Aunque el género de cine queer es mucho más amplio que hace años y hay muchas buenas exponentes del género en este mismo año, Call Me by Your Name es una excelente representante del mismo y una que, mediante un fuerte erotismo y un buen guión, explora la sexualidad y la evolución psicológica de sus personajes con libertad y profundidad.
Calificación: 4/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
Italia, EEUU, Brasil, Francia; 2017
Director: Luca Guadagnino
Director: Luca Guadagnino
Este drama del género coming-of-age —gira en torno al proceso de maduración de su joven protagonista— tiene una temática similar al drama ganador de Oscar del año pasado, Moonlight, si bien la manera en que se presenta tiene otro formato. Elio es un muchacho de diecisiete años, nacido en una familia judía que vive en la campiña italiana. El padre de Elio es un académico y profesor que invita a un estudiante de posgrado estadounidense, Oliver, a pasar el verano con ellos para que le ayude con tareas académicas y desarrolle proyectos propios. En un principio la personalidad contrastante de Oliver con respecto a la de Elio genera antipatía en éste, pero poco a poco la antipatía se torna atracción hasta que ésta desencadena en un romance entre ambos.
Destacan en la cinta la manera en que los personajes son escritos y desarrollados. El contexto en el que Elio se desenvuelve es distinto al usual en esta clase de historias: su familia es, de cierta manera, una familia intelectual y liberal. El padre es profesor de arqueología mientras que la madre es una mujer políglota aficionada a la literatura. En el guión, las transiciones entre lenguajes de los diálogos ocurren con gran naturalidad alternando entre el francés, el inglés, el italiano o el alemán. Elio es, él mismo, un aficionado a la música y un analítico de la literatura. A pesar de estos aspectos, y el que algunos diálogos hacen alusión a elementos culturales bastante especializados, el guión nunca llega a sentirse frívolo, sino que más bien aporta a la atmósfera general que se busca construir.
La relación entre los dos protagonistas también se da en circunstancias poco convencionales. Más allá de la antipatía que siente Elio, al menos en un principio, hacia Oliver está la diferencia de edades. Elio es apenas un adolescente mientras que Oliver es ya un adulto. A pesar de ello, no sucede que Elio sucumba ante las seducciones de Oliver ni se vea perdido ante su encanto, sino que la atracción, y la vulnerabilidad que ésta implica, se presenta de manera más o menos recíproca entre ambos. Es Oliver quien comienza tratando de seducir a Elio, pero éste pasa mucho tiempo atraído de hecho a una chica francesa que vive en el mismo lugar. De hecho inicia con ella una relación con implicaciones sexuales que, lejos de incomodarle, hace más complejo el panorama de despertar y descubrimiento sexual que se presenta frente a Elio, y a pesar de ello Elio termina profundamente enamorado de Oliver.
En los aspectos de forma, la película luce bien al haber sido filmada en formato de 35 mm en lugar de formato digital. Hace de la cinematografía algo especial y muy adecuado al año en que sucede la historia, 1983. Aunque el género de cine queer es mucho más amplio que hace años y hay muchas buenas exponentes del género en este mismo año, Call Me by Your Name es una excelente representante del mismo y una que, mediante un fuerte erotismo y un buen guión, explora la sexualidad y la evolución psicológica de sus personajes con libertad y profundidad.
Calificación: 4/5 respecto a la siguiente escala:——
Destacan en la cinta la manera en que los personajes son escritos y desarrollados. El contexto en el que Elio se desenvuelve es distinto al usual en esta clase de historias: su familia es, de cierta manera, una familia intelectual y liberal. El padre es profesor de arqueología mientras que la madre es una mujer políglota aficionada a la literatura. En el guión, las transiciones entre lenguajes de los diálogos ocurren con gran naturalidad alternando entre el francés, el inglés, el italiano o el alemán. Elio es, él mismo, un aficionado a la música y un analítico de la literatura. A pesar de estos aspectos, y el que algunos diálogos hacen alusión a elementos culturales bastante especializados, el guión nunca llega a sentirse frívolo, sino que más bien aporta a la atmósfera general que se busca construir.
La relación entre los dos protagonistas también se da en circunstancias poco convencionales. Más allá de la antipatía que siente Elio, al menos en un principio, hacia Oliver está la diferencia de edades. Elio es apenas un adolescente mientras que Oliver es ya un adulto. A pesar de ello, no sucede que Elio sucumba ante las seducciones de Oliver ni se vea perdido ante su encanto, sino que la atracción, y la vulnerabilidad que ésta implica, se presenta de manera más o menos recíproca entre ambos. Es Oliver quien comienza tratando de seducir a Elio, pero éste pasa mucho tiempo atraído de hecho a una chica francesa que vive en el mismo lugar. De hecho inicia con ella una relación con implicaciones sexuales que, lejos de incomodarle, hace más complejo el panorama de despertar y descubrimiento sexual que se presenta frente a Elio, y a pesar de ello Elio termina profundamente enamorado de Oliver.
En los aspectos de forma, la película luce bien al haber sido filmada en formato de 35 mm en lugar de formato digital. Hace de la cinematografía algo especial y muy adecuado al año en que sucede la historia, 1983. Aunque el género de cine queer es mucho más amplio que hace años y hay muchas buenas exponentes del género en este mismo año, Call Me by Your Name es una excelente representante del mismo y una que, mediante un fuerte erotismo y un buen guión, explora la sexualidad y la evolución psicológica de sus personajes con libertad y profundidad.
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
THE POST
(LOS OSCUROS SECRETOS DEL PENTÁGONO)
EEUU, 2017
Director: Steven Spielberg
Si se imagina a la ganadora del Oscar a mejor película de hace dos años, Spotlight, dirigida por Steven Spielberg, el resultado sería sin duda algo muy cercano a The Post, un homenaje a la labor periodística de investigación ubicada en el contexto histórico específico de la Guerra de Vietnam, en el momento en que se filtraron documentos del Pentágono que exponían al gobierno de Estados Unidos poniendo en evidencia que éste sabía de que se trataba de una guerra perdida además de su intención explícita de interferir con la política de aquel país. La noticia filtrada es publicada en primer lugar por The New York Times, lo que les significa un juicio contra el gobierno de Estados Unidos. Ahora, los reporteros de The Washington Post deben decidir si publicar o no la noticia, bajo el riesgo de ser censurados y su periódico llegar incluso a desaparecer.
Spielberg es un maestro del entretenimiento y la película es una viva muestra de ella. Son muchos los elementos mezclados en la trama de The Post, y todos ellos añaden dramatismo a una trama por sí misma tensa en la que los personajes no parecen poder dar ningún paso seguro sin poner en riesgo su carrera o el futuro del periódico en que laboran. Aunque el tema tratado por la cinta es serio y delicado —nada más que la censura de los gobiernos y los obstáculos a los que se enfrenta el periodismo en su labor de transmitir la verdad— Spielberg no se toma las cosas tan a pecho ni sacrifica el tono, de cierta forma ligero, de la cinta. La cinematografía y el guión —que, por cierto, desarrolla la historia sin complicaciones innecesarias, de manera lineal pero bien ejecutada— aúnan a una producción en el que se notan los años de experiencia del director.
Meryl Streep hace una actuación espléndida como Katherine Graham, la dueña del diario The Washington Post quien ha sido constantemente puesta en segundo plano por ocupar un lugar importante en un mundo dominado por hombres. La película pone a Katherine en una situación vulnerable en que es cuestionada de manera constante y con sus aptitudes puestas en todo momento en duda. Su posición en desventaja se matiza con la de Sarah Paulson, quien interpreta la mujer del editor del periódico, en un papel secundario que resulta ser clave al reivindicar la posición de la mujer en el entorno machista en que la película se desenvuelve. Por desgracia, Tom Hanks —en su papel del editor del que acabamos de hablar— no lo hace tan bien y su personaje se siente sobreactuado. Bob Odenkirk (nuestro Saul Goodman en Breaking Bad y Better Call Saul) salva un poco las cosas en otro papel secundario muy digno y en el que mejor se narra la labor periodística y sus implicaciones.
Spielberg no deja de presentar sus problemas habituales, con sus momentos en los que la emotividad se sale un poco de control al tratar de manipular a la audiencia o en los que el camino se vuelve demasiado obvio para ella —sin que se le permita pensar o sacar sus propias conclusiones— con una versión demasiado caracterizada el maléfico presidente Nixon, por ejemplo, o los momentos triunfales de los personajes clave. No obstante, la producción impecable y el ritmo entretenido de principio a fin hacen de la cinta una buena entrada en la nutrida filmografía del director.
Calificación: 4/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
Director: Steven Spielberg
Si se imagina a la ganadora del Oscar a mejor película de hace dos años, Spotlight, dirigida por Steven Spielberg, el resultado sería sin duda algo muy cercano a The Post, un homenaje a la labor periodística de investigación ubicada en el contexto histórico específico de la Guerra de Vietnam, en el momento en que se filtraron documentos del Pentágono que exponían al gobierno de Estados Unidos poniendo en evidencia que éste sabía de que se trataba de una guerra perdida además de su intención explícita de interferir con la política de aquel país. La noticia filtrada es publicada en primer lugar por The New York Times, lo que les significa un juicio contra el gobierno de Estados Unidos. Ahora, los reporteros de The Washington Post deben decidir si publicar o no la noticia, bajo el riesgo de ser censurados y su periódico llegar incluso a desaparecer.
Spielberg es un maestro del entretenimiento y la película es una viva muestra de ella. Son muchos los elementos mezclados en la trama de The Post, y todos ellos añaden dramatismo a una trama por sí misma tensa en la que los personajes no parecen poder dar ningún paso seguro sin poner en riesgo su carrera o el futuro del periódico en que laboran. Aunque el tema tratado por la cinta es serio y delicado —nada más que la censura de los gobiernos y los obstáculos a los que se enfrenta el periodismo en su labor de transmitir la verdad— Spielberg no se toma las cosas tan a pecho ni sacrifica el tono, de cierta forma ligero, de la cinta. La cinematografía y el guión —que, por cierto, desarrolla la historia sin complicaciones innecesarias, de manera lineal pero bien ejecutada— aúnan a una producción en el que se notan los años de experiencia del director.
Meryl Streep hace una actuación espléndida como Katherine Graham, la dueña del diario The Washington Post quien ha sido constantemente puesta en segundo plano por ocupar un lugar importante en un mundo dominado por hombres. La película pone a Katherine en una situación vulnerable en que es cuestionada de manera constante y con sus aptitudes puestas en todo momento en duda. Su posición en desventaja se matiza con la de Sarah Paulson, quien interpreta la mujer del editor del periódico, en un papel secundario que resulta ser clave al reivindicar la posición de la mujer en el entorno machista en que la película se desenvuelve. Por desgracia, Tom Hanks —en su papel del editor del que acabamos de hablar— no lo hace tan bien y su personaje se siente sobreactuado. Bob Odenkirk (nuestro Saul Goodman en Breaking Bad y Better Call Saul) salva un poco las cosas en otro papel secundario muy digno y en el que mejor se narra la labor periodística y sus implicaciones.
Spielberg no deja de presentar sus problemas habituales, con sus momentos en los que la emotividad se sale un poco de control al tratar de manipular a la audiencia o en los que el camino se vuelve demasiado obvio para ella —sin que se le permita pensar o sacar sus propias conclusiones— con una versión demasiado caracterizada el maléfico presidente Nixon, por ejemplo, o los momentos triunfales de los personajes clave. No obstante, la producción impecable y el ritmo entretenido de principio a fin hacen de la cinta una buena entrada en la nutrida filmografía del director.
Spielberg es un maestro del entretenimiento y la película es una viva muestra de ella. Son muchos los elementos mezclados en la trama de The Post, y todos ellos añaden dramatismo a una trama por sí misma tensa en la que los personajes no parecen poder dar ningún paso seguro sin poner en riesgo su carrera o el futuro del periódico en que laboran. Aunque el tema tratado por la cinta es serio y delicado —nada más que la censura de los gobiernos y los obstáculos a los que se enfrenta el periodismo en su labor de transmitir la verdad— Spielberg no se toma las cosas tan a pecho ni sacrifica el tono, de cierta forma ligero, de la cinta. La cinematografía y el guión —que, por cierto, desarrolla la historia sin complicaciones innecesarias, de manera lineal pero bien ejecutada— aúnan a una producción en el que se notan los años de experiencia del director.
Meryl Streep hace una actuación espléndida como Katherine Graham, la dueña del diario The Washington Post quien ha sido constantemente puesta en segundo plano por ocupar un lugar importante en un mundo dominado por hombres. La película pone a Katherine en una situación vulnerable en que es cuestionada de manera constante y con sus aptitudes puestas en todo momento en duda. Su posición en desventaja se matiza con la de Sarah Paulson, quien interpreta la mujer del editor del periódico, en un papel secundario que resulta ser clave al reivindicar la posición de la mujer en el entorno machista en que la película se desenvuelve. Por desgracia, Tom Hanks —en su papel del editor del que acabamos de hablar— no lo hace tan bien y su personaje se siente sobreactuado. Bob Odenkirk (nuestro Saul Goodman en Breaking Bad y Better Call Saul) salva un poco las cosas en otro papel secundario muy digno y en el que mejor se narra la labor periodística y sus implicaciones.
Spielberg no deja de presentar sus problemas habituales, con sus momentos en los que la emotividad se sale un poco de control al tratar de manipular a la audiencia o en los que el camino se vuelve demasiado obvio para ella —sin que se le permita pensar o sacar sus propias conclusiones— con una versión demasiado caracterizada el maléfico presidente Nixon, por ejemplo, o los momentos triunfales de los personajes clave. No obstante, la producción impecable y el ritmo entretenido de principio a fin hacen de la cinta una buena entrada en la nutrida filmografía del director.
Calificación: 4/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
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2: Mala
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