PACIFIC RIM UPRISING
(TITANES DEL PACÍFICO: LA INSURRECCIÓN)
Estados Unidos, 2018
Director: Steven S. DeKnight
Director: Steven S. DeKnight
Cuando Guillermo del Toro dirigió en 2013 la original Pacific Rim, lo que creó fue una espectacular cinta de gigantescos monstruos luchando entre sí que, a pesar de su evidente corte comercial, desarrollaba temas no tan comunes en esta clase de cine dentro de un ambiente visualmente colorido y elementos que homenajeaban el gusto del director por el cine clásico de monstruos y el anime japonés. La secuela de este año, Pacific Rim Uprising, retoma la historia de la cinta original y la ubica diez años después de la original, después que la guerra entre monstruos humanos (Jaegers) y alienígenas (Kaijus) terminara y el mundo se encuentre en una aparente y momentánea calma. Por desgracia, la historia es lo único que Uprising parece retomar de la original.
Resulta abrumador ver cómo Pacific Rim Uprising empeora en básicamente todos los elementos que la conforman si se le compara con la cinta original. Ya sin la frescura de la premisa original, en la que monstruos tan grandes que necesitaban ser comandados por dos pilotos a la vez para enfrentarse a monstruos que eran cada vez más grandes, Uprising apuesta por tratar de brindar entretenimiento simple y digerido con personajes insustanciales y una trama forzada; no hay nada más detrás de Uprising, ni temas de fondo, ni giros inesperados en la historia: sólo el gusto inexistente por ver a decenas de personas huyendo y gritando mientras monstruos gigantescos vuelan por encima de sus cabezas y amenazan con aplastarlos con sus gigantescos pies.
Los personajes de la película original eran sólidos y sus historias parecían extraídas de algún anime, por lo que resultaba muy divertido verlos crecer y relacionarse para poder vencer a los diferentes Kaijus. En Uprising, los personajes resultan genéricos y parecen extraídos de cualquier cinta de contexto bélico norteamericana. Son caricaturizados en exceso, siempre predecibles y la forma en que evolucionan en la trama no tiene justificación alguna. Lo peor es que muchos de los personajes son solamente de relleno y sus historias son descuidadas o soltadas sin aviso previo. Esta vez no están las actuación sólidas de Idris Elba ni la divertida excentricidad de Ron Perlman para rescatar su falta de sabor. Ni siquiera originalidad con el diseño de Kaijus y Jaegers, en su mayoría reciclados de la original.
La trama resulta demasiado tonta e incluso aburrida. De la hora y 45 minutos que dura la cinta, pasa más de una hora y quince minutos sin que haya una lucha contra Kaijus propiamente, en contraste con el constante in crescendo que se vivía en la película original de del Toro. ¿Y qué sucede durante esa hora y quince minutos? Se desarrolla una historia sin alma, que pareciera extraída de un mal capítulo de Power Rangers de los años noventa. Incluso las tomas, los diálogos y la cinematografía se sienten anticuados. Cuando al fin llega el momento de la esperada lucha final, ésta es decepcionante y, aunque luce bien —otro aspecto heredado de la primera cinta—, no hay una sensación real de clímax, y la película termina sin tener ningún momento de tensión o de vulnerabilidad, lo que es imperdonable en una película como ésta.
No es que esta clase de cine sea malo por sí mismo. Hay buenas propuestas, como la Pacific Rim original o, más recientemente, Kong: Skull Island en la que la acción sin sentido pero divertida se complementaba con su guión satírico y cargado de ironía. Uprising falla por completo en su búsqueda de identidad y termina por ser un alter ego de las desastrosas Transformers, emulando incluso su patético sentido del humor y estilo. Cuánto se extraña el toque de Guillermo del Toro, y qué mal comienzo como director para Steven S. DeKnight, creador de la serie reciente Spartacus. Uprising termina abriendo la puerta para potenciales secuelas. Sólo queda esperar que se rescate una franquicia que aún tiene tanto potencial y no termine de convertirse en una Transformers más.
Resulta abrumador ver cómo Pacific Rim Uprising empeora en básicamente todos los elementos que la conforman si se le compara con la cinta original. Ya sin la frescura de la premisa original, en la que monstruos tan grandes que necesitaban ser comandados por dos pilotos a la vez para enfrentarse a monstruos que eran cada vez más grandes, Uprising apuesta por tratar de brindar entretenimiento simple y digerido con personajes insustanciales y una trama forzada; no hay nada más detrás de Uprising, ni temas de fondo, ni giros inesperados en la historia: sólo el gusto inexistente por ver a decenas de personas huyendo y gritando mientras monstruos gigantescos vuelan por encima de sus cabezas y amenazan con aplastarlos con sus gigantescos pies.
Los personajes de la película original eran sólidos y sus historias parecían extraídas de algún anime, por lo que resultaba muy divertido verlos crecer y relacionarse para poder vencer a los diferentes Kaijus. En Uprising, los personajes resultan genéricos y parecen extraídos de cualquier cinta de contexto bélico norteamericana. Son caricaturizados en exceso, siempre predecibles y la forma en que evolucionan en la trama no tiene justificación alguna. Lo peor es que muchos de los personajes son solamente de relleno y sus historias son descuidadas o soltadas sin aviso previo. Esta vez no están las actuación sólidas de Idris Elba ni la divertida excentricidad de Ron Perlman para rescatar su falta de sabor. Ni siquiera originalidad con el diseño de Kaijus y Jaegers, en su mayoría reciclados de la original.
La trama resulta demasiado tonta e incluso aburrida. De la hora y 45 minutos que dura la cinta, pasa más de una hora y quince minutos sin que haya una lucha contra Kaijus propiamente, en contraste con el constante in crescendo que se vivía en la película original de del Toro. ¿Y qué sucede durante esa hora y quince minutos? Se desarrolla una historia sin alma, que pareciera extraída de un mal capítulo de Power Rangers de los años noventa. Incluso las tomas, los diálogos y la cinematografía se sienten anticuados. Cuando al fin llega el momento de la esperada lucha final, ésta es decepcionante y, aunque luce bien —otro aspecto heredado de la primera cinta—, no hay una sensación real de clímax, y la película termina sin tener ningún momento de tensión o de vulnerabilidad, lo que es imperdonable en una película como ésta.
No es que esta clase de cine sea malo por sí mismo. Hay buenas propuestas, como la Pacific Rim original o, más recientemente, Kong: Skull Island en la que la acción sin sentido pero divertida se complementaba con su guión satírico y cargado de ironía. Uprising falla por completo en su búsqueda de identidad y termina por ser un alter ego de las desastrosas Transformers, emulando incluso su patético sentido del humor y estilo. Cuánto se extraña el toque de Guillermo del Toro, y qué mal comienzo como director para Steven S. DeKnight, creador de la serie reciente Spartacus. Uprising termina abriendo la puerta para potenciales secuelas. Sólo queda esperar que se rescate una franquicia que aún tiene tanto potencial y no termine de convertirse en una Transformers más.
Calificación: 1.5/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
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