lunes, 19 de marzo de 2018

Reseña: Tomb Raider

TOMB RAIDER


Estados Unidos, UK; 2018
Director: Roar Uthaug 



Hubo un tiempo en el que las películas basadas en videojuegos estaban condenadas a la mediocridad, habiendo nacido de tramas exageradas, personajes irreales y escasez de valores cinematográficos. Entonces llegó Lara Croft: Tomb Raider, y aunque no fue una gran película, sus defensores defendían su aire entretenido, despreocupado y divertido. Angelina Jolie encarnó al personaje mítico, ícono sexual del mundo de los videojuegos, ente irreal que representaba los más escandalosos antivalores de un personaje femenino famoso por luchar contra seres de ultratumba en minishorts. Las cosas no han cambiado mucho desde entonces y las cintas de videojuegos siguen teniendo resultados desastrosos —basta con ver las recientes Warcraft, Need for Speed o Assassin's Creed— y, no obstante, la nueva Tomb Raider ha sabido valerse del contexto social en que se estrena para entregar una propuesta fresca, completa y valiosa dentro de su lastimado género.



La Lara Croft de la nueva Tomb Raider es una joven despreocupada que practica muay thai, trabaja como repartidora en las calles de Londres y tiene problemas para pagar la cuota del gimnasio. En realidad, hay una herencia millonaria que la espera, pero ella se niega a aceptarla porque hacerlo significaría declarar oficialmente muerto a su padre, un excéntrico multimillonario que desapareció sin dejar rastro tras embarcarse a una aventura antropológica. La cinta introduce a Lara Croft como una mujer real: sencilla, culta pero humilde, sin estudios universitarios, atlética pero sin la experiencia extravagante de la Lara Croft de Angelina Jolie. Como antecedente más directos a la naturaleza del personaje, está la película de Wonder Woman, representante por excelencia del poder femenino en las películas de acción. Lara está convencida de que su padre está vivo y está decidida además a encontrarlo, cueste lo que cueste.



Esta nueva Lara Croft es un personaje sobrio en un universo over-the-top.Interpretado por una muy fina Alicia Vikander (Ex Machina, The Danish Girl), sus reacciones y expresiones se sienten naturales en todo momento. Ya sea que esté brincando huyendo de las balas, temerosa por caer decenas de metros en la cima de una cascada, triste por no saber de su padre o dolida por una herida de profundidad, la actuación de Vikander hace que Lara Croft se sienta orgánica e inyectada con un mesurado dramatismo que logra que incluso se sienta interés por sus interacciones con los demás personajes, aunque éstos no sean tan sólidos. También es relevante —y contrastante con la versión de Angelina Jolie— que el personaje nunca se ve sexualizado y, aunque heroína de acción, su físico y la caracterización son naturales, no necesita de un motivo amoroso y sabe reaccionar ante las situaciones dramáticas a las que se enfrenta.



Los numerosos problemas de la cinta vienen después, ajenos a la impecable caracterización de Lara. Cierto es que la trama es exagerada y absurda todo el tiempo, y que las escenas de acción son irreales con saltos que desafían a la física y situaciones que ningún ser humano podría sobrevivir y que, sin embargo, Lara logra superar. Pero es una película basada en un videojuego, no se podía esperar otra cosa. De hecho, la película se mantiene sorprendentemente fiel al videojuego en que se basa y el guión justifica —en la mayoría de ocasiones— ver a Lara resolviendo acertijos, haciendo explotar barriles explosivos, escalando montañas o usando un arco. Además, esas escenas de acción están bien dirigidas y hay secuencias realmente espectaculares —aunque más de un par, también, bastante fallidas— gracias a la experiencia del director noruego Roar Uthaug (que dirigió la fantástica The Wave).



Los problemas están en la sucesión de eventos de la línea narrativa, que no tienen no tiene pies ni cabeza. Fuera de Lara, todos los demás personajes de la cinta son planos y sus interacciones débiles. El antagonista carece de carisma y los diálogos no son para nada afortunados. La segunda mitad de la película es particularmente mala y, aunque luce bien, se pierde en los clichés del género de acción de videojuego, haciéndola por demás predecible y muy tonta, aunque nunca aburrida. A pesar de todo, no pueden pasarse por alto las virtudes escritas en este artículo, que convierten a Tomb Raider en un digno representante de una nueva ola de cine comercial y anodino pero diverso, menos sexualizado y más inclusivo.

Calificación: 3/5 respecto a la siguiente escala:——
       1: Terrible
       2: Mala
       3: Buena
       4: Excelente
       5: Legendaria

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