HAPPY END
Director: Michael Haneke
Francia, Alemania, Austria; 2017
Francia, Alemania, Austria; 2017
Michael Haneke es hoy por hoy reconocido como uno de los mejores directores de la actualidad. Es uno de los pocos directores en haber ganado dos veces la Palm d'Or en el festival de Cannes (por The White Ribbon y Amour en 2009 y 2012) entre muchas otras distinciones. Su más reciente película, la tragicomedia Happy End situada en Francia, es una sátira de la convivencia entre las clases burguesas europeas y las clases bajas, especialmente aquéllas que fungen como servidumbre de las primeras. Aunque en un tono mucho menos solemne que sus anteriores películas, Haneke sigue explorando a profundidad las relaciones humanas, la familia —sus disfuncionalidades—, o el mal latente dentro de una sociedad que dibuja con dedicación en cada una de sus cintas.

Happy End es una película, ante todo, divertida, si bien su sentido del humor es irónico y absurdo, recordando el tono, por ejemplo, de la reciente The Square de Rubern Östlund. Sin embargo, donde Haneke muestra realmente su maestría es en el desarrollo de sus personajes. Todos los personajes, a pesar de vivir en un mundo de opulencia y comodidad, tienen profundos traumas y problemas arraigados a su ser: el deseo de irse de una vez por todas del mundo, su insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, el resentimiento ante las circunstancias de vida en las que ha tocado vivir... La ironía está en que los componentes más divertidos de la cinta nacen de las situaciones tan incómodas en que se ven involuntariamente involucrados los personajes y que son, a su vez, producto del nivel privilegiado en que ellos viven y de la mutua destrucción que se provocan y que tan inherente a ellos parece estar.

Sin abundar mucho más, Happy Ending puede no ser la mejor película de Haneke, pero sigue siendo una muestra magistral de cinematografía y cómo confluyen buenas actuaciones, guión, edición, etcétera, en una película. Mención especial merecen las actuaciones del ensamble de actores encabezado por Isabelle Huppert. Resulta memorable también cómo Haneke logra integrar la visión de un niño a un mundo enfermizo poblado por adultos agobiados que no logran entender lo que sucede en torno a ellos.
YOU WERE NEVER REALLY HERE
Directora: Lynne Ramsay
Reino Unido, Francia, Estados Unidos; 2017
Reino Unido, Francia, Estados Unidos; 2017

Lynne Ramsay es una directora escocesa con más de veinte años de trayectoria, famosa sobre todo por la cinta We Need to Talk About Kevin —aunque ya había tenido antes un par de producciones importantes— en la que se retrata el perfil psicológico de un niño sociópata asesino en masa y la relación con su madre, que ha tenido graves repercusiones en todos los ámbitos de su vida. En su más reciente película, You Were Never Really Here, Ramsay explora muy a fondo la atormentada vida de un exagente del FBI y exmilitar llamado Joe que se dedica a rescatar a muchachas presas de redes de trata de personas.

Joe, interpretado de forma magnífica por Joaquin Phoenix, lidia con un atormentado pasado en el que conviven los recuerdos de su violento padre y de sus experiencias pasadas como agente, cuando observó hechos terribles. Dichos recuerdos lo han vuelto una persona introvertida e incapaz de entablar relaciones humanas sanas con otras personas: un ser lleno de ira que es desatada en sus métodos extremadamente violentos con los que castiga a los integrantes de las redes de secuestradores que se dedica a perseguir. Aunque la atmósfera de la película es ciertamente lúgubre, el énfasis de la cinta no se da en la violencia, que en la mayoría de los casos tan sólo se sugiere, sino en la construcción de un mundo reflejo de la personalidad atormentada de su protagonista, buscando no generar empatía con él, sino entender el contexto psicológico en que se desenvuelve.

Pocas exploraciones tan profundas de la vida de un vigilante con una estabilidad emocional hecha trizas. Para añadir complejidad, Ramsay hace guiños a otros clásicos oscuros del cine, como puede observarse, por ejemplo, en la relación de Joe con su madre que es ligada a la de Norman Bates y su madre en la película Psycho de Hitchcock o, a medida que la trama se vuelve tanto más oscura cuanto que se aborda el tema de las niñas dentro de redes de prostitución, en la referencia que se hace a Taxi Driver de Scorsese. De esta referencia, aparece una de las relaciones más entrañables entre un adulto y la niña a que trata de proteger con cariño casi paternal, que contrasta con lo crudo y sombrío de la atmósfera que les rodea.
THE THIRD MURDER
(三度目の殺人 Sandome no Satsujin)
Director: Hirokazu Kore-eda
Japón, 2017
Japón, 2017
Hirokazu Kore-eda es un director que ha pasado un tanto desapercibido a pesar de las espléndidas reacciones que la crítica ha tenido hacia sus películas. Dicha situación puede estar por cambiar ahora que ha resultado ganador de la Palm d'Or en el reciente festival de Cannes de 2018 con su película Shoplifters. En lo que esa película llega a las salas de cine convencionales conviene recordar por qué resulta tan difícil a Kore-eda hacer de su trabajo algo popular, y es que las temáticas de su cine suelen ser demasiado terrenales —en el mejor sentido de la palabra— y no llegan a presentar situaciones extraordinarias en sus películas. Pero es ahí donde radica su magia: a través de historias de vida convencionales e involucrando a gente ordinaria en roles ordinarios, Kore-eda puede desarrollar temáticas muy complejas con matices alegres, tristes, nostálgicos o solemnes. En otras palabras: Kore-eda hace magia a partir de la cotidianidad.

En The Third Murder, el director japonés narra la historia de un asesino reincidente que, debido a la naturaleza de su delito y al sistema legal japonés, enfrenta una posible condena de muerte. Las circunstancias en torno al asesinato del que se le acusan son extrañas, y no ayuda en nada el hecho de que el presunto asesino no es claro en su versión de los hechos, si bien se ha declarado culpable desde un inicio. Estas circunstancias extrañas, plenas de contradicciones, llevan a su abogado a investigar más a fondo el asesinato, hasta el punto de hacerlo dudar realmente de la culpabilidad de su cliente. Cuando abunda en el tema, el abogado se encuentra con un entramado de circunstancias que por momentos parecen redimir al acusado, a medida que se exploran también las relaciones de los muchos personajes involucrados directa o indirectamente con el asesinato, entre los que se encuentra el padre del abogado, quien fue la persona que juzgó al asesino años atrás.

No debe pensarse que el tono de la cinta es emocionante o que se trata de un gran thriller de abogados. La cadencia del cine de Kore-eda es siempre calmo y es a través de bellas imágenes y símbolos sutiles desperdigados por aquí y por allá en las diferentes tomas, que se da entrada a un universo magnífico y complejo en el que pueden leerse críticas a la pena de muerte en su forma directa y una exploración a los motivos que pueden llevar a un individuo a ejecutar ciertas acciones que, en apariencia, pueden llevarlo a él mismo a la perdición. Además, su forma de capturar la cultura y escenarios japoneses es siempre extraordinaria. Al final del artículo se puede encontrar un link con la reseña a otras dos de sus películas.

En The Third Murder, el director japonés narra la historia de un asesino reincidente que, debido a la naturaleza de su delito y al sistema legal japonés, enfrenta una posible condena de muerte. Las circunstancias en torno al asesinato del que se le acusan son extrañas, y no ayuda en nada el hecho de que el presunto asesino no es claro en su versión de los hechos, si bien se ha declarado culpable desde un inicio. Estas circunstancias extrañas, plenas de contradicciones, llevan a su abogado a investigar más a fondo el asesinato, hasta el punto de hacerlo dudar realmente de la culpabilidad de su cliente. Cuando abunda en el tema, el abogado se encuentra con un entramado de circunstancias que por momentos parecen redimir al acusado, a medida que se exploran también las relaciones de los muchos personajes involucrados directa o indirectamente con el asesinato, entre los que se encuentra el padre del abogado, quien fue la persona que juzgó al asesino años atrás.

No debe pensarse que el tono de la cinta es emocionante o que se trata de un gran thriller de abogados. La cadencia del cine de Kore-eda es siempre calmo y es a través de bellas imágenes y símbolos sutiles desperdigados por aquí y por allá en las diferentes tomas, que se da entrada a un universo magnífico y complejo en el que pueden leerse críticas a la pena de muerte en su forma directa y una exploración a los motivos que pueden llevar a un individuo a ejecutar ciertas acciones que, en apariencia, pueden llevarlo a él mismo a la perdición. Además, su forma de capturar la cultura y escenarios japoneses es siempre extraordinaria. Al final del artículo se puede encontrar un link con la reseña a otras dos de sus películas.
Calificación Listas de Kubrick: 4.5/5
Escala de las calificaciones:
Escala de las calificaciones:
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
¿Has visto alguna de estas películas? ¿Qué te han parecido? ¡No dejes de comentar! Para más reseñas y noticias del séptimo arte, visita y da like a https://www.facebook.com/listasdekubrick?fref=ts
Reseñas de cine de Kore-eda: http://listasdekubrick.blogspot.com/2016/09/3-recomendaciones-de-cine-japones.html





No hay comentarios:
Publicar un comentario