lunes, 19 de octubre de 2015

Reseña: The Walk

THE WALK

(EN LA CUERDA FLOJA)

(USA, 2015)



Hemos entrado en la racha final del año y ha comenzado también la temporada donde se observan los estrenos más importantes del año si medimos su importancia en función a las nominaciones que obtienen para las diversas premiaciones norteamericanas. Uno de estos estrenos es sin duda The Walk, película dirigida por el importante Robert Zemeckis (quien dirigió la trilogía de Back to the Future y Forrest Gump, entre muchas otras) y protagonizada por uno de los "nuevos" actores famosos de Hollywood, Joseph Gordon-Levitt (a quien observamos en Inception, en The Dark Knight Rises, Don Jon, Looper, etc.).

The Walk está basada en una historia real, la del equilibrista Philippe Petit (Joseph Gordon-Levitt) que, en el año de 1974, caminó sobre una cuerda floja entre las dos recién construidas torres gemelas del World Trade Center en Nueva York. Si bien el acto "poético" del artista es el hecho en torno al cual gira la trama, el filme se encarga de desarrollar a detalle la historia previa del artista (cuyos orígenes se desarrollaron lejos de Nueva York, en la ciudad de París) y toda la logística que involucró su famoso acto pues, como podrá imaginarse (aunque realmente no todo el mundo se detenga a pensar en ello), el hecho de cruzar las torres más famosas de la época conlleva un sinnúmero de problemas en términos de organización tanto más cuanto que el acto era por cierto ilegal.


Ya existía un trabajo previo alrededor de la historia de Philippe Petit. Se trata del documental de 2008 Man on Wire que ha pasado a la historia por no pocos críticos como uno de los mejores documentales de todos los tiempos. Sin embargo Robert Zemeckis se ha alejando un poco de la narrativa de este producto para entregar una película que pretende entretener e inspirar a todo aquel que la vea. Y ahí radica su principal problema. La misión de la película es entregar una obra entrañable, que haga reaccionar a la audiencia con escenas equilibradas de comedia, tensión, un poco de intriga, y por supuesto, una relación amorosa entre dos personajes. Todos estos elementos son, por demás, genéricos y repetitivos. Si bien es cierto que tantos clichés no pueden ser llevados a la pantalla con tanta delicadeza y estilo como Robert Zemeckis (destacan de hecho un par de escenas que le dan gran profundidad a la película y que la alejan de otras películas similares), también es cierto que no dejan de ser clichés, y ese es un estigma con el que no deja de pelear la película de principio a fin.

El reparto es muy bueno, actores como la franco-canadiense Charlotte le Bon (que interpreta a Annie, la pareja sentimental de nuestro protagonista) y Ben Kingsley (que interpreta al mentor y guía del mismo) hacen un trabajo excepcional. En este ámbito, sin embargo, resalta el excepcional trabajo de Joseph Gordon-Levitt que, aunque ya había hecho muchos buenos trabajos con anterioridad, ha realizado quizás su más importante interpretación hasta la fecha, y no son pocas las voces que le asegurar una nominación al Oscar por su trabajo en esta película. Gracias al trabajo actoral todos los personajes están muy bien logrados y llenan de vitalidad y dinamismo al filme, aunque no dejan de ser convencionales en demasía, y es que todas las películas de este corte tienen personajes similares. Insisto, no es que estén mal elaborados, es que resultan repetitivos y predecibles.


En términos de producción, la película es un trabajo impecable, con una gran fotografía (muy limpia) y una gama de colores muy estudiada; ambos aspectos contribuyen a construir un filme estético y bello. La música, por otro lado, no es el punto fuerte de la película, pero tampoco es que sea mala, tan sólo olvidable.

The Walk es una película interesante, en ningún momento aburrida, y con actuaciones que hacen que destaque y que la hagan valer mucho la pena. Su peor defecto: es una película convencional que muy pocas veces se arriesga, y es que su principal objetivo es complacer a un público que gusta mucho de este tipo de películas y que no busca en realidad obras complejas, tan sólo obras divertidas y entrañables. Es de notar, sin embargo, la intención de Robert Zemeckis de destacar la calidad de artista del personaje, las motivaciones que lo hacen llegar hasta donde llegó, justificar el valor poético de sus acciones y dignificar con honor al entrañable personaje de la vida real que es Philippe Petit, divirtiendo en el trayecto a la audiencia con los no pocos obstáculos con que se enfrentó en el camino.

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