viernes, 20 de noviembre de 2015

Reseña: The Hunger Games: Mockingjay Part 2

THE HUNGER GAMES:

 MOCKINGJAY PART 2

(USA; 2015)



Llega por fin a las salas de todo el mundo la última parte de la exitosísima saga The Hunger Games. Esta última entrega, Mockingjay Part 2, da fin a las aventuras de Katniss Everdeen y su revolución contra el gobierno opresor de la Nación de Panem. Nuevamente, la película es dirigida por Francis Lawrence (quien conoce bien la fórmula de esta clase de películas, habiendo dirigido ya las dos entregas anteriores además de, en un pasado más distante, las películas de Constantine o I Am Legend, que se han ganado un lugar en el corazón de muchas almas amantes de la ciencia ficción) y protagonizada por la célebre Jennifer Lawrence (Katniss), Josh Hutcherson (Peeta) y Liam Hemsworth (Gale).



Hay muchas cosas malas en esta película definitiva de la saga. En primer lugar está la muy criticada decisión de dividir, de manera por completo innecesaria, en dos partes la tercera parte de la trilogía. Por más que se den excusas para dicha decisión, todos sabemos que, tras ver el éxito comercial que esta franquicia estaba teniendo a nivel mundial, resultaba más que tentador realizar el mayor número de entregas por motivos que las matemáticas básicas pueden explicar de sobra. Sin embargo, en términos artísticos, esta fue una decisión que golpeó, y muy duro, a la calidad de las últimas entregas y sobre todo ésta. Algo similar sucedió con la trilogía de The Hobbit, que después de alargar un sólo libro para llenar tres películas no terminó siendo más que una pálida sombra de su trilogía predecesora The Lord of the Rings.



¿Qué calidad argumental podemos esperar de la conclusión de la conclusión de una trilogía? A estas alturas ya se habían desarrollado todos los aspectos interesantes (muy interesantes) que la saga tenía para explotar. La primera parte ofreció un refrescante universo muy bien ejecutado y estéticamente innovador. La segunda entrega habla del enojo social que en una sociedad oprimida termina por gestar una revolución. Incluso la tercera parte, aunque atacada debido a su paso lento y sombrío que contrastaba un poco con las anteriores entregas, desarrolló una atmósfera sumamente interesante mientras hablaba de las complicaciones logísticas detrás de un levantamiento rebelde, el control mediático y las bajas estrategias a las que quienes tienen el poder recurren para frenar a las amenazas del régimen. Pero en esta ocasión, que ya se habían tratado todos estos temas, ¿qué quedaba para desarrollar? ¡Nada! Pero han llenado más de dos horas con escenas de relleno y una desangelada subtrama romántica. Vaya, ¡ni siquiera ha podido explotarse el impresionante arte conceptual detrás de la saga ahora que todos, en su rol de rebeldes, visten con harapos y sucias prendas en lugar de los interesantes vestuarios de las entregas pasadas!



La película, de manera similar a la anterior entrega, tiene un ritmo lento y pausado; la diferencia respecto a la anterior es que ésta sí llega a resultar aburrida. Alguna vez escuché decir a quienes defendían el tempo tranquilo de la anterior entrega: "se han guardado lo mejor para la siguiente parte, toda la acción estará ahí". Me pregunto cómo se sentirán al ver hechas trizas sus expectativas después de apenas dos escenas de acción ligeramente rescatables en los 135 minutos de película. En verdad resulta increíble cómo después de tanto hacer esperar a la audiencia, quienes al menos esperan secuencias decentes de acción, los defraudan de manera descarada como lo hicieron en esta cinta.



Los aspectos técnicos, si bien no malos, tampoco resaltan para nada relevantes. La música apenas cumple, la fotografía no tiene (salvo un par de escenas) oportunidad de lucirse, incluso la edición trastabilla un poco en las escenas importantes. Quizás en lo que más resalta la cinta es en la calidad interpretativa del ensamble de actores, quienes se ven por completo entregados a sus papeles. Destacan la actuación de la misma Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Julianne Moore (Presidente Coin) e incluso los actores secundarios, como Jena Malone (Johanna Mason) o Woody Harrelson (Haymitch), quienes levantan un poco la calidad del filme.



Quizás haya sido un tanto duro criticando todos los aspectos negativos de la película; siendo justos, no es que la película sea un completo desastre, es tan sólo que fue un ejercicio que nunca debió haber sido, y ante este proyecto era poco lo que se podía hacer para salvarlo de ser una falla. Hay que decir, sin embargo, que la cinta es una película consistente y sigue teniendo un argumento general bastante sólido, a pesar de que no tuviera mucho más que explotarse en esta entrega. Destaca lo pesada y terrible que una revolución puede resultar para un pueblo, lo difuso de la moral de quienes la desarrollan y la corta barrera entre lo correcto y lo incorrecto cuando tu finalidad es lograr tu objetivo a cualquier costa. Se vuelve difícil distinguir quiénes son los héroes y quiénes los villanos en esta revolución, y queda evidenciada la falta de escrúpulos que en ambos bandos infecta como un virus que no se puede dejar de propagar. Incluso las secuencias finales de la historia (cuyo final ya conocíamos todos sin necesidad de haber leído el libro) resultan tan magistralmente filmadas y cuidadas (ahí sí se puede apreciar un arte conceptual ausente en el resto de la película) que al final puede mejorar un poco el gusto general de la película.

Hunger Games: Mockingjay Pt. 2 no es un completo caos. Es una película forzada ante la que no se podía hacer mucho, y resulta incluso loable que a pesar del poco material con el que se tenía para trabajar haya resultado en lo que resultó: una película mediocre.

Calificación: 2.5/5 respecto a la siguiente escala:
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria

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