domingo, 14 de febrero de 2016

Reseña: Deadpool

DEADPOOL

USA, 2016
Director: Tim Miller


Aunque ya hace décadas que los superhéroes se han vuelto figuras tan bien recibidas y apreciadas por prácticamente todas las sociedades del mundo, formando parte intrínseca de la cultura moderna, no ha sido sino hasta hace algunos años que el cine de superhéroes comenzó a ganarse las preferencias de la audiencia y a generar el éxito que podemos observar hoy en día —mucho tiene que ver el avance de los efectos especiales y otras técnicas del cine que ha vuelto a esta clase de cintas obras visualmente espectaculares—. Usualmente, el cine de superhéroes repite la misma fórmula: personajes con poderes más allá de lo ordinario que luchan por causas socialmente justas y en contra de aquellos que de alguna manera ejercen cualquier clase de abuso contra aquellos en posición de desventaja respecto a ellos. Deadpool pretende, si bien no cambiar la fórmula, sí jugar con ella y satirizarla, burlándose de todos aquéllos elementos que hoy se antojan comunes en este género.



Este esquema de justicia y rectitud ha sido un elemento común en todos los filmes de superhéroes hasta la fecha, salvo muy contadas excepciones. Aún con la reciente popularidad de los antihéroes y su constante dilema al enfrentarse entre lo moralmente correcto e incorrecto, es evidente que el bien siempre vence al mal, y este sencillo hecho ha limitado los alcances reales que podrían tener dichos personajes. Es en este contexto que la nueva película de Marvel (producida por Fox), Deadpool, ha hecho su estrepitosa llegada con la misión de burlarse de todos los lineamientos hasta ahora respetados por el cine de superhéroes, y jactándose de no tomarlos en cuenta, sino ir en contra de ellos y construir toda su estructura en torno a la idea de dicho rompimiento.



Deadpool es una película irreverente e irrespetuosa incluso de sí misma. Ignorando deliberadamente todos los paradigmas existentes en dicha industria, Deadpool hace uso de toda clase de herramientas cinematográficas para entregar una historia estereotipada de superhéroes en una forma que nunca se había visto, o no al menos en el cine comercial —algunas películas como Kick-Ass ya habían empezado este trabajo hace algunos años—. Además, la particularidad de que Deadpool sea un personaje prácticamente inmortal, agrega muchísimo a la construcción del guión, pues los escritores han tenido que ser creativos para poner al personaje en situaciones emocionantes y lo han hecho con resultados bastante originales e ingeniosos. Hay en particular una escena en la que Deadpool cuenta con menos balas que enemigos y la forma en que la cinta se las arregla para resolver la secuencia es maravillosa.


El resultado de este experimento es una cinta creativa y entretenida de principio a fin. Si bien las audiencias de humor ligero y sentido del humor fácil de estimular no pararán de reír durante toda la película, es también cierto que aquellos que gusten de un humor más complicado o trabajado no podrán evitar divertirse en esta sátira tan peculiar, una comedia que, en su afán por conectarse con la audiencia, no teme romper el cuarto muro en muchos momentos y hablarle directamente al espectador, ya sea para hacerle reír, o para burlarse descaradamente de él. Tampoco debe ignorarse de que no pocas personas podrían sentirse ofendidas por el contenido tan moralmente incorrecto de la película.



Pero Deadpool no es todo diversión, pues es una película sin demasiado contenido más allá de su excelente tema satírico. La actuación de Ryan Reynolds (quien ya había hecho de superhéroe en la desastrosa Green Lantern de 2011, e incluso había interpretado a Deadpool en X-Men Origins), es cierto, es buena y muy apropiada para el personaje, pero en los demás aspectos técnicos —como cinematografía, diseño artístico, la música o incluso el guión, más allá de estar lleno de buenos chistes— no resalta tanto. Por otro lado, es agradable el hecho de que se de oportunidad a nuevos talentos como lo es el director de esta cinta, Tim Miller, quién debuta como director tras haber trabajado antes en las secuencias de apertura de The Girl with the Dragon Tattoo y Thor: The Dark World.



Deadpool es una película sin duda refrescante dentro de un género que, aunque en mitad de su auge, se ve por momentos estancado por los estereotipos que él mismo ha construido. Como ha ocurrido con el cine de acción, de terror, de comedia ligera; como ocurrió en su momento con los westerns: Deadpool es producto del hartazgo que un género demasiado explotado genera en la audiencia, y ahí radica su relevancia, de poder jugar con los estereotipos y clichés existentes y renovarlos y hacerlos nuevamente vigentes. Además, Deadpool lo logra con buen sentido del humor y buen gusto.  

Calificación: 4/5 respecto a la siguiente escala:
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria

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