DESIERTO
(MÉXICO, 2015)
Desde su primera escena, Desierto ofrece al espectador una toma panorámica de un desolador, seco y hostil desierto mexicano en los territorios próximos a la frontera con los Estados Unidos. En este lugar, un grupo de inmigrantes sin documentos legales viaja en la cajuela de una vieja camioneta, en un estado visiblemente deplorable, que se dirige hacia dicho país. Pronto, y antes de cruzar la frontera, la camioneta tiene un fallo mecánico y, ante la imposibilidad de reparar la avería, el grupo se ve forzado de continuar con su expedición a pie guiados por dos sujetos sin más interés por el grupo que el dinero que éste les representará por lograrlos cruzar al "sueño americano". Si bien no se brinda información explícita acerca de los personajes que conforman el grupo, la película se da un poco de tiempo para mostrar algo de interacción entre ellos, dando así una perspectiva general de las personalidades del grupo.

Del otro lado de la frontera, un cazador y su perro viajan por las áridas y calurosas rutas de Estados Unidos en busca de una presa para comer. La radio de su camioneta habla acerca de una ola particularmente intensa de calor que azota la zona, mas eso parece no importunar al cazador quien continúa su viaje al lado de su botella de whisky y su perro tranquilamente sentado en el asiento de copiloto. Tampoco se dan muchos detalles del personaje, pero lo que es posible observar permite darse una clara idea del perfil del sujeto. Los detalles de la personalidad de los personajes —tanto de los inmigrantes como de los "coyotes" que los guían y el cazador "vigilante" de la frontera— se completan con los estereotipos que de esta clase de personas se tienen en la cultura popular contemporánea.

Desierto trata, pues, de la persecución —quizás sería más correcto el término "cacería"— que sufren los inmigrantes por parte del vigilante —un personaje del que Trump estaría orgulloso— quien no parece tener intenciones de regresar a casa sin haber acabado antes con todos aquellos invasores que corrompen su hogar. En una historia bastante genérica, con giros en la historia y detalles en el argumento que ya se han observado en muchas películas antes, hay una ligera diferencia, quizás refrescante a momentos, dados los personajes que la protagonizan y el contexto en que se desenvuelven; fuera de este detalle la película se torna predecible: el temible y aparentemente invencible villano se vuelve cada vez más y más amenazador, mientras que el astuto y carismático héroe de la historia lucha contra toda clase de desafíos para salir adelante mientras es acosado de manera constante.

Desierto es el primer largometraje de Jonás Cuarón, el hijo del ganador de Oscar Alfonso Cuarón, con había trabajado antes como escritor para la película Gravity. Para esta película ha conseguido dos grandes actores para los papeles protagónicos: Gael García Bernal (actor en Amores perros, Y tu mamá también, Rudo y cursi, entre otras varias) como Moisés, el emigrante héroe de la historia, y Jeffrey Dean Morgan (Watchmen, Batman v Superman) como el terrible antagonista de la historia.

La película es un innegablemente un thriller interesante: logra mantener la atmósfera de tensión perpetua tan importante en el género y narrar una historia violenta y visualmente atractiva que rara vez se torna lenta o tediosa. A ritmo que la historia avanza es posible conocer más a los personajes, entender sus motivaciones y el origen de las mismas; este hecho sumado a actuaciones muy decentes del reparto, culmina con personajes sólidos y, de cierta manera, memorables. La música es notable, la edición bien logrado y la mezcla de sonidos, sin ser una obra de calidad artesanal, sí es bastante apropiada dada la temática de la película.

Por desgracia, Desierto no es demasiado ambiciosa: no hace el intento de ir más allá de la típica historia de persecución tan repetida en otras películas y tampoco hace mucho por dar un vuelco interesante mientras transita su ruta hacia el predecible final. La fotografía, que en ningún momento es mala —está a cargo de Damían García quien había trabajado antes en películas como El Infierno—, tampoco destaca en momento alguno, y esto es una lástima, dado que tenía tantas oportunidades para explorar la inmensa vastedad del desierto y usarlo como analogía del constante sentimiento de desolación y desesperanza en que se ven sumidos los personajes, mas esto no ocurre sino en un par de ocasiones durante toda la historia. Desierto hace bien lo que se propone, pero por desgracia no se propone demasiado. Quizás lo más destacable es el inherente mensaje político y coyuntural con que carga su historia; el ojo sin prejuicios también encontrará una descripción profunda detrás de la compleja psicología del "vigilante" y villano de la película, quien es sin duda el personaje más interesante del filme.

Del otro lado de la frontera, un cazador y su perro viajan por las áridas y calurosas rutas de Estados Unidos en busca de una presa para comer. La radio de su camioneta habla acerca de una ola particularmente intensa de calor que azota la zona, mas eso parece no importunar al cazador quien continúa su viaje al lado de su botella de whisky y su perro tranquilamente sentado en el asiento de copiloto. Tampoco se dan muchos detalles del personaje, pero lo que es posible observar permite darse una clara idea del perfil del sujeto. Los detalles de la personalidad de los personajes —tanto de los inmigrantes como de los "coyotes" que los guían y el cazador "vigilante" de la frontera— se completan con los estereotipos que de esta clase de personas se tienen en la cultura popular contemporánea.

Desierto trata, pues, de la persecución —quizás sería más correcto el término "cacería"— que sufren los inmigrantes por parte del vigilante —un personaje del que Trump estaría orgulloso— quien no parece tener intenciones de regresar a casa sin haber acabado antes con todos aquellos invasores que corrompen su hogar. En una historia bastante genérica, con giros en la historia y detalles en el argumento que ya se han observado en muchas películas antes, hay una ligera diferencia, quizás refrescante a momentos, dados los personajes que la protagonizan y el contexto en que se desenvuelven; fuera de este detalle la película se torna predecible: el temible y aparentemente invencible villano se vuelve cada vez más y más amenazador, mientras que el astuto y carismático héroe de la historia lucha contra toda clase de desafíos para salir adelante mientras es acosado de manera constante.

Desierto es el primer largometraje de Jonás Cuarón, el hijo del ganador de Oscar Alfonso Cuarón, con había trabajado antes como escritor para la película Gravity. Para esta película ha conseguido dos grandes actores para los papeles protagónicos: Gael García Bernal (actor en Amores perros, Y tu mamá también, Rudo y cursi, entre otras varias) como Moisés, el emigrante héroe de la historia, y Jeffrey Dean Morgan (Watchmen, Batman v Superman) como el terrible antagonista de la historia.

La película es un innegablemente un thriller interesante: logra mantener la atmósfera de tensión perpetua tan importante en el género y narrar una historia violenta y visualmente atractiva que rara vez se torna lenta o tediosa. A ritmo que la historia avanza es posible conocer más a los personajes, entender sus motivaciones y el origen de las mismas; este hecho sumado a actuaciones muy decentes del reparto, culmina con personajes sólidos y, de cierta manera, memorables. La música es notable, la edición bien logrado y la mezcla de sonidos, sin ser una obra de calidad artesanal, sí es bastante apropiada dada la temática de la película.

Por desgracia, Desierto no es demasiado ambiciosa: no hace el intento de ir más allá de la típica historia de persecución tan repetida en otras películas y tampoco hace mucho por dar un vuelco interesante mientras transita su ruta hacia el predecible final. La fotografía, que en ningún momento es mala —está a cargo de Damían García quien había trabajado antes en películas como El Infierno—, tampoco destaca en momento alguno, y esto es una lástima, dado que tenía tantas oportunidades para explorar la inmensa vastedad del desierto y usarlo como analogía del constante sentimiento de desolación y desesperanza en que se ven sumidos los personajes, mas esto no ocurre sino en un par de ocasiones durante toda la historia. Desierto hace bien lo que se propone, pero por desgracia no se propone demasiado. Quizás lo más destacable es el inherente mensaje político y coyuntural con que carga su historia; el ojo sin prejuicios también encontrará una descripción profunda detrás de la compleja psicología del "vigilante" y villano de la película, quien es sin duda el personaje más interesante del filme.
Calificación: 3/5 respecto a la siguiente escala:
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
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