INDEPENDENCE DAY:
RESURGENCE
(USA, 2016)
Es muy conocida la obsesión de Hollywood por revivir viejas franquicias y éxitos pasados. Se sabe que la motivación detrás de estos proyectos no es la innovación o la adaptación de un argumento a los tiempos contemporáneos, no es tampoco hacer una revisión del guión, ni la exaltación de los valores detrás de la película original, no; el objetivo de todas estas continuaciones y remakes —y no digo nada nuevo aquí— no es otro que valerse del legado de los éxitos pasados para hacer mucho dinero en taquilla. Y eso es justo lo que ocurre con la nueva entrega de Independence Day: Resurgence.

Confieso no haber visto recientemente ni con ojo crítico la película original de 1996, mas si algo recuerdo de aquella cinta era el carisma de sus personajes y su historia intensa y de dinamismo ejemplar. En efecto, si se revisan las críticas de la original Independence Day se puede inferir que no se trataba de una joya de película, y sin embargo, las actuaciones sólidas y divertidas, el hecho de contar con un actor como Will Smith en la cumbre de su carrera, y una historia, en aquellos tiempos, ejecutada con maestría en los aspectos técnicos, dieron como resultado una película como menos memorable.

Veinte años han pasado desde la original hasta que 20th Century Fox decidió que era momento de continuar aquella historia y lo han hecho a costa de sacrificar todos aquellos elementos que hicieron a la primera parte memorable. Y es que en verdad es difícil encontrar aspectos remarcables en esta desastrosa producción. La historia nos ubica también 20 años después de los eventos de Independence Day en una especie de mundo alternativo en la que la tecnología alienígena estudiada a raíz de los eventos pasados se ha integrado a la humanidad terminando gracias a ella todo ápice de desigualdad entre las naciones. Se vive, pues, en una perfecta utopía comandada, eso sí, por la nación de naciones, los Estados Unidos de América... Vaya sorpresa.

Resurgence es una extraña amalgama de un argumento forzado —la nave de la cinta pasada mandó una señal de auxilio a su país de origen y el contraataque llega justo ahora que el mundo vive en perfecta paz y armonía— que además transcurre de manera lenta y sumamente aburrida al comienzo de la película. Los primeros 45 minutos son eternos, y sirven apenas para... No, no sirven para nada. Es hasta prácticamente la segunda mitad que los famosos aliens comienzan a salir en pantalla, pero sin el carisma de Will Smith para hacer llevadera la repetitiva acción que se comienza a desencadenar a partir de entonces: explosiones, bromas, y más explosiones.

El guión de la película es pésimo. Los chistes y el humor en general son estúpidos. Las situaciones son absurdas, los eventos que desencadenan los acontecimientos de la cinta son —permítase la expresión a pesar de tratarse de una cinta de ciencia ficción— increíbles, como si la película fuera dirigida a un público que no gustase de pensar y se alimentara tan sólo de explosiones y disparos láser. ¿Cómo mejoramos la película anterior?, debieron preguntarse en algún momento los escritores de esta película; pues resulta triste que la respuesta a la que llegaran después de lo que seguro fue una corta deliberación, fuera en hacer que la nave invasora fuera del tamaño de varios países en lugar de una ciudad y meter en la historia alienígenas gigantes... Algo así como la idea de hacer una estrella de la muerte tamaño planeta en la reciente Star Wars: The Force Awakens pero mucho peor ejecutado. La falta de creatividad es abrumadora.

La dirección es terrible, la edición es mala y torpe, y las actuaciones pésimas, Liam Hemsworth (Gale en The Hunger Games) y Maika Monroe (The 5th Wave, It Follows) hacen una pareja terrible, y aunque Jeff Goldblum y Bill Pullman (a quienes recordarán, quizás, de la película original) hacen esfuerzo por sacar adelante la cinta, el hecho de que los escritores se empeñen en hacer entrar a todos los personajes dentro de estereotipos ridículos —el héroe, la novia, la lista, el gracioso, etc.— devalúa todo su esfuerzo de forma lamentable. En verdad es triste ver a actores de la talla de Charlotte Gainsbourg (Melancholia, Nymphomaniac, Incompresa) verse tan plana en pantalla, aunque la responsabilidad de esto recae en el director venido a menos Roland Emmerich y, sin duda aún más, en los estudios Fox. Lo peor de todo es que la película amenaza con secuela: una calamidad. NO pierda su tiempo viendo esta cinta.
Calificación: 1/5 respecto a la siguiente escala:——

Confieso no haber visto recientemente ni con ojo crítico la película original de 1996, mas si algo recuerdo de aquella cinta era el carisma de sus personajes y su historia intensa y de dinamismo ejemplar. En efecto, si se revisan las críticas de la original Independence Day se puede inferir que no se trataba de una joya de película, y sin embargo, las actuaciones sólidas y divertidas, el hecho de contar con un actor como Will Smith en la cumbre de su carrera, y una historia, en aquellos tiempos, ejecutada con maestría en los aspectos técnicos, dieron como resultado una película como menos memorable.

Veinte años han pasado desde la original hasta que 20th Century Fox decidió que era momento de continuar aquella historia y lo han hecho a costa de sacrificar todos aquellos elementos que hicieron a la primera parte memorable. Y es que en verdad es difícil encontrar aspectos remarcables en esta desastrosa producción. La historia nos ubica también 20 años después de los eventos de Independence Day en una especie de mundo alternativo en la que la tecnología alienígena estudiada a raíz de los eventos pasados se ha integrado a la humanidad terminando gracias a ella todo ápice de desigualdad entre las naciones. Se vive, pues, en una perfecta utopía comandada, eso sí, por la nación de naciones, los Estados Unidos de América... Vaya sorpresa.

Resurgence es una extraña amalgama de un argumento forzado —la nave de la cinta pasada mandó una señal de auxilio a su país de origen y el contraataque llega justo ahora que el mundo vive en perfecta paz y armonía— que además transcurre de manera lenta y sumamente aburrida al comienzo de la película. Los primeros 45 minutos son eternos, y sirven apenas para... No, no sirven para nada. Es hasta prácticamente la segunda mitad que los famosos aliens comienzan a salir en pantalla, pero sin el carisma de Will Smith para hacer llevadera la repetitiva acción que se comienza a desencadenar a partir de entonces: explosiones, bromas, y más explosiones.

El guión de la película es pésimo. Los chistes y el humor en general son estúpidos. Las situaciones son absurdas, los eventos que desencadenan los acontecimientos de la cinta son —permítase la expresión a pesar de tratarse de una cinta de ciencia ficción— increíbles, como si la película fuera dirigida a un público que no gustase de pensar y se alimentara tan sólo de explosiones y disparos láser. ¿Cómo mejoramos la película anterior?, debieron preguntarse en algún momento los escritores de esta película; pues resulta triste que la respuesta a la que llegaran después de lo que seguro fue una corta deliberación, fuera en hacer que la nave invasora fuera del tamaño de varios países en lugar de una ciudad y meter en la historia alienígenas gigantes... Algo así como la idea de hacer una estrella de la muerte tamaño planeta en la reciente Star Wars: The Force Awakens pero mucho peor ejecutado. La falta de creatividad es abrumadora.

La dirección es terrible, la edición es mala y torpe, y las actuaciones pésimas, Liam Hemsworth (Gale en The Hunger Games) y Maika Monroe (The 5th Wave, It Follows) hacen una pareja terrible, y aunque Jeff Goldblum y Bill Pullman (a quienes recordarán, quizás, de la película original) hacen esfuerzo por sacar adelante la cinta, el hecho de que los escritores se empeñen en hacer entrar a todos los personajes dentro de estereotipos ridículos —el héroe, la novia, la lista, el gracioso, etc.— devalúa todo su esfuerzo de forma lamentable. En verdad es triste ver a actores de la talla de Charlotte Gainsbourg (Melancholia, Nymphomaniac, Incompresa) verse tan plana en pantalla, aunque la responsabilidad de esto recae en el director venido a menos Roland Emmerich y, sin duda aún más, en los estudios Fox. Lo peor de todo es que la película amenaza con secuela: una calamidad. NO pierda su tiempo viendo esta cinta.
Calificación: 1/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
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