SUICIDE SQUAD
(USA, 2016)
DC Entertainment ha tenido años difíciles en lo relacionado a sus producciones cinematográficas, en contraste con el éxito en crítica y taquilla de Marvel en los mismos años. Pareciendo capaz de modificar esta tendencia, Suicide Squad levantó grandes expectativas, en parte gracias a una gran campaña publicitaria y la calidad de los trailers que del filme se fueron develando, pero también gracias al concepto que ofrecía. La propuesta era simple, pero hasta cierto punto innovadora: poner en pantalla un equipo de supervillanos —la mayoría de ellos sólo conocidos por los amantes de los cómics pero también otros, entrañables, amados por el público en general— con valores morales difusos a luchar contra una amenaza aún más terrible que ellos en el nuevo universo en que DC —el famoso DC Extended Universe— recién comienza a profundizar.
Suicide Squad tiene un comienzo fantástico: la línea narrativa se concentra en describir rápidamente las historias de los obvios protagonistas de la película —Deadshot y Harley Quinn— y lo hace con una cadencia y elementos visuales espectaculares. Sin embargo, a la película le es difícil continuar con ese ritmo tan interesante y pronto se ve sumido en el caos; es el mismo caos que ha aquejado a las películas de DC últimamente, el mismo que puede tanto aquejó, por ejemplo, a Batman v Superman.
A pesar de lo que se esperaba, el argumento de la cinta es bobo y el guión por completo deficiente. La edición tiene serios problemas y, aunque podrían sentirse como parte de la experimentación en la que la película parece cimentarse, pronto resulta evidente que son producto de malas decisiones de dirección y mal trabajo de posproducción. Hay muchas escenas que parecen pertenecer a una película distinta y que contribuyen mucho al caos general de la cinta; hasta la música, en general divertida, por momentos se siente fuera de lugar y forzada, en un intento fallido a emular lo que en su momento hiciera Guardians of the Galaxy con los clásicos ochenteros en que consisitía su soundtrack.
La mayoría de los personajes están muy bien caracterizados; resultan de hecho interesantes y divertidos. A pesar del trabajo sin gracia de Joel Kinnaman y Cara Delevingne —en verdad, no sé quién le dijo a esta mujer que sabía actuar—, las actuaciones son en general bastante buenas. Particularmente, Deadshot (Will Smith) y, por supuesto, Harley Quinn (Margot Robbie: The Wolf of Wall Street, Focus) son dos personajes muy interesantes y muy dignos protagonistas de la cinta. Harley Quinn es sin duda la caracterización mejor lograda y el personaje más memorable de toda la película, lo que es una lástima dado el potencial que tenía el nuevo Joker, interpretado por Jared Leto, el mismo Jared Leto que ha manifestado su decepción ante la versión final de la película, y es que al parecer todas las escenas de su personaje han sido mutiladas o eliminadas: la mala edición es ya recurrente en DC Entertainment. No hace tanto que padecimos una mediocre Batman v Superman para que, poco después, se lanzara una versión extendida con más de una hora adicional que es muy superiora a la que se proyectó en las salas de todo el mundo. No me extrañaría que lo mismo sucediera pronto con Suicide Squad.
Son muchas, pues, las deficiencias Suicide Squad. Pero quizás la peor —o la que causa más decepción— sea el hecho de que el concepto fundamental de la cinta haya sido mal explotado: ver en pantalla a un grupo de supervillanos, con todas las implicaciones que esto permitía desarrollar —jugar con el concepto de moralidad, tener un conjunto real de antihéroes actuando como tales, anarquía cruda y real— y verlos reducidos a un conjunto genérico de superhéroes —en algún punto, Harley Quinn debe romper una vitrina como para obligar a la audiencia a recordar que se trata de villanos y no héroes genéricos— luchando contra un monstruo malvado, es sin duda un desperdicio. Recuerda un poco a lo que ocurrió en Deadpool: obligar a nuestro anithéroe a ser el héroe valeroso de la cinta —como si Hollywood no conociera otra fórmula— pero con menos gracia. A pesar de todo Suicide Squad es una película divertida y que derrocha personalidad, con grandes momentos de genuina genialidad. También deja con ganas de ver a sus personajes en otro contexto, en nuevas circunstancias.
Calificación: 2.5/5 respecto a la siguiente escala:——
Suicide Squad tiene un comienzo fantástico: la línea narrativa se concentra en describir rápidamente las historias de los obvios protagonistas de la película —Deadshot y Harley Quinn— y lo hace con una cadencia y elementos visuales espectaculares. Sin embargo, a la película le es difícil continuar con ese ritmo tan interesante y pronto se ve sumido en el caos; es el mismo caos que ha aquejado a las películas de DC últimamente, el mismo que puede tanto aquejó, por ejemplo, a Batman v Superman.
A pesar de lo que se esperaba, el argumento de la cinta es bobo y el guión por completo deficiente. La edición tiene serios problemas y, aunque podrían sentirse como parte de la experimentación en la que la película parece cimentarse, pronto resulta evidente que son producto de malas decisiones de dirección y mal trabajo de posproducción. Hay muchas escenas que parecen pertenecer a una película distinta y que contribuyen mucho al caos general de la cinta; hasta la música, en general divertida, por momentos se siente fuera de lugar y forzada, en un intento fallido a emular lo que en su momento hiciera Guardians of the Galaxy con los clásicos ochenteros en que consisitía su soundtrack.
La mayoría de los personajes están muy bien caracterizados; resultan de hecho interesantes y divertidos. A pesar del trabajo sin gracia de Joel Kinnaman y Cara Delevingne —en verdad, no sé quién le dijo a esta mujer que sabía actuar—, las actuaciones son en general bastante buenas. Particularmente, Deadshot (Will Smith) y, por supuesto, Harley Quinn (Margot Robbie: The Wolf of Wall Street, Focus) son dos personajes muy interesantes y muy dignos protagonistas de la cinta. Harley Quinn es sin duda la caracterización mejor lograda y el personaje más memorable de toda la película, lo que es una lástima dado el potencial que tenía el nuevo Joker, interpretado por Jared Leto, el mismo Jared Leto que ha manifestado su decepción ante la versión final de la película, y es que al parecer todas las escenas de su personaje han sido mutiladas o eliminadas: la mala edición es ya recurrente en DC Entertainment. No hace tanto que padecimos una mediocre Batman v Superman para que, poco después, se lanzara una versión extendida con más de una hora adicional que es muy superiora a la que se proyectó en las salas de todo el mundo. No me extrañaría que lo mismo sucediera pronto con Suicide Squad.
Son muchas, pues, las deficiencias Suicide Squad. Pero quizás la peor —o la que causa más decepción— sea el hecho de que el concepto fundamental de la cinta haya sido mal explotado: ver en pantalla a un grupo de supervillanos, con todas las implicaciones que esto permitía desarrollar —jugar con el concepto de moralidad, tener un conjunto real de antihéroes actuando como tales, anarquía cruda y real— y verlos reducidos a un conjunto genérico de superhéroes —en algún punto, Harley Quinn debe romper una vitrina como para obligar a la audiencia a recordar que se trata de villanos y no héroes genéricos— luchando contra un monstruo malvado, es sin duda un desperdicio. Recuerda un poco a lo que ocurrió en Deadpool: obligar a nuestro anithéroe a ser el héroe valeroso de la cinta —como si Hollywood no conociera otra fórmula— pero con menos gracia. A pesar de todo Suicide Squad es una película divertida y que derrocha personalidad, con grandes momentos de genuina genialidad. También deja con ganas de ver a sus personajes en otro contexto, en nuevas circunstancias.
Calificación: 2.5/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
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