FIRST MAN
(EL PRIMER HOMBRE EN LA LUNA)
Estados Unidos, 2018
Director: Damien Chazelle
Director: Damien Chazelle
Por Alatriste
Damien Chazelle se ha convertido rápidamente en uno de los directores favoritos de Hollywood después del gran éxito alcanzado con sus películas Whiplash de 2014 y La La Land de 2016, por la que incluso gano el Oscar a mejor director. En esta ocasión, el director se aleja de la musicalidad y dinamismo de sus anteriores producciones para contar una historia distinta: la del primer hombre en la Luna, Neil Armstrong, narrando, de forma mucho más austera a la que nos había acostumbrado, el contexto histórico de los Estados Unidos cuando ocurrió el alunizaje, y el contexto personal de su protagonista mientras se convertía en una de las figuras más importantes de la época.
First Man, como se llama esta nueva entrada en la filmografía del director, se aleja en su presentación de otras cintas relacionadas en el género espacial, como Interstellar de 2014, que era toda una odisea espacial al más puro estilo de la ciencia ficción, o de películas como Gravity o The Martian que, más apegadas a los principios científicos, contaban aventuras espaciales finalmente ficticias. First Man es más un trabajo biográfico que, con valores de producción similares a las películas antes mencionadas, cuenta una historia mucho más terrenal de manera más estoica y sobria.
Lo que más llama la atención de First Man son sus excelentes valores de producción: las escenas espaciales, particularmente aquéllas del alunizaje, lucen espectaculares. Además, el diseño de sonido de la cinta es impecable, y siempre que la película nos lleva por las escenas más dinámicas y que tienen que ver con vuelos y pruebas espaciales, la cinta es cautivadora.
Los problemas comienzan cuando se analiza la historia paralela a la carrera espacial entre los norteamericanos y los rusos. Lo que Chazelle pretende es contarnos a fondo la dimensión personal de su protagonista, Neil Armstrong, interpretado por un poco agraciado Ryan Gosling. Se nos da un amplio vistazo a su situación familiar, a las complicaciones que él y su esposa tienen tras la muerte por cáncer de su hija menor, a los conflictos que atraviesan como familia ante el hecho de que el trabajo de Armstrong es arriesgado, y no es raro que sucedan imprevistos y accidentes que en ocasiones resultan fatales. Ayuda mucho la interpretación de Claire Foy (a quien también podemos ver ahora mismo en cines como la nueva Lisbeth Salander en The Girl in the Spider's Web) como la esposa Armstrong, que en contraste con éste, sí que logra transmitir preocupación, rabia o incertidumbre en sus escenas, lo que aporta mucho a la dimensión dramática de la obra.
Demian Chazelle falla en conseguir una atmósfera cálida y entrañable con la que sea fácil para el espectador conmoverse e involucrarse. Aunque los movimientos de cámara y la composición de imágenes están evidentemente diseñadas para sentir cercanía y calidez, ya sea por la falta de carisma de los personajes, o la mala utilización de recursos argumentales, lo que sucede en pantalla termina siendo por completo ajeno y distante. El trabajo de cinematografía se siente como una mala copia del trabajo de Andrea Arnold (American Honey, Wuthering Heights, Fish Tank) que nunca logra conectar con la audiencia como sí lo consigue la directora: First Man es una película sin intensidad dramática ni sentimental.
Regresando a la interpretación de Gosling, tenemos en pantalla la encarnación de un personaje plano en cuanto a la gama de emociones que transmite, y cuyas ambiciones profesionales, quizás promovidas por una fuerte inestabilidad emocional, lo convierten en un ser alejado a su familia y amigos. Es esa importancia que le da a convertirse en el primer hombre la que lo vuelve un ser monótono, poco interesante —sin hablar aquí de las capacidades e intelecto del personaje real Neil Armtrong, sino de la poca aportación que, en términos argumentales, aporta el personaje a la película.
Por otro lado, es innegable que la película hace un trabajo al construir el contexto histórico de la época. Es posible entender la urgencia de los Estados Unidos por tener éxito ante una Rusia que parecía infalible en la carrera espacial. También podemos ver las motivaciones políticas detrás de dicha urgencia, y toda la polémica y furia que levantaba en una población que se sentía desplazada por el gobierno, más interesado en atender asuntos frívolos —como a sus ojos lo era la carrera espacial— en lugar de necesidades más urgentes de toda la población.
Se nota el esfuerzo que Damien Chazelle hizo en la película y cuáles eran sus intenciones. Sin embargo, el alejarse de su zona de confort no ha tenido los mejores resultados, pues no logra hacer conectar con los personajes como él pretendía, en parte por la naturaleza del guión y el poco carisma de su personaje principal, lo que resulta en una película, más que contemplativa, aburrida. Me queda incluso la impresión de que se tiene la intención de crear una experiencia meramente evocativa que apele a la nostalgia y el deseo por un momento histórico de los Estados Unidos que mucha de su población hoy recuerda con no poco anhelo. De cualquier modo, se aplaude la iniciativa de Chazelle, que no teme experimentar con nuevas temáticas. Habrá que ver los resultados en sus próximas producciones.
Calificación: 3.5/5 respecto a la siguiente escala:——
1: Terrible
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
2: Mala
3: Buena
4: Excelente
5: Legendaria
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